Más de medio centenar de personas, agrupadas como "brigadas deseucaliptizadoras", ejecutaron ayer por la mañana el plan de erradicar los ejemplares de esta especie arbórea del monte de San Roque, en Darbo, paso previo a la plantación de árboles autóctonos, como roble y castaño, que realizará proximamente el alumnado del taller de empleo Granxa da Rúa con ejemplares cedidos por la Diputación. La actividad, promovida por la asociación ecologista Verdegaia y la Comunidade de Montes de Darbo, fue "un éxito" de participación y resultados, señalan desde estos colectivos, que cifran en 65 las personas participantes, muchas de ellas llegadas desde puntos distantes de la geografía gallega. La respuesta anima a dar continuidad al trabajo en otros lugares del monte comunal de la parroquia donde está previsto sustituir especies foráneas por frondosas.

El objetivo era "arrancar brotes de eucalipto" en los montes de San Roque donde se realizaron cortas en 2018. Los más frágiles, a mano, y los más desarrollados a golpe de hacha y otras herramientas facilitadas por los comuneros o de las que llegaron provistos los voluntarios. "Queremos liberar nuestro monte de una especie foránea adaptada a climas ajenos extremadamente secos, que avanza sin control y supone la principal ruina del monte y los bosques de Galicia y Portugal", pregonaron, culpando al eucalipto de favorecer la ola de incendios forestales. La cita comenzó a primera hora de la mañana y se prolongó hasta la hora del "albaroque", la comida de agradecimiento por los servicios prestados a la comunidad por parte de personas voluntarias llegadas a O Morrazo y en la que no faltaron siquiera las opciones para vegetarianos. Tampoco una visita al parque forestal de Varalonga al final de una mañana en la que el clima acompañó y la lluvia esperó a que el trabajo rematara.

La "deseucaliptización" de San Roque es solo el primer paso de un plan que tendrá continuidad en el monte de Serra Nacente, en el entorno de A Choupana, donde se prevé cortar los ejemplares de esta especie y repoblarlo con otras más acordes con el entorno. "Vivimos en una tierra privilegiada y no tenemos derecho a robarle a las generaciones futuras la casa, la salud, la vida...", proclaman.