Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Bueu suma más de 50 años sin actualizar su Libro Inventario de Bienes

La mayoría de dotaciones culturales, sociales o deportivas no están dadas de alta -Puede ser un obstáculo para acceder a subvenciones

El Concello de Bueu lleva más de medio siglo sin actualizar uno de los documentos que para los ayuntamientos es poco menos que su particular biblia: el Libro Inventario de Bienes Municipales, en el que deben aparecer reflejadas y asentadas todas las propiedades muncipales. Desde edificios a terrenos pasando por vehículos o incluso obras de arte. La última actualización data de finales de la década de 1960 y desde entonces solo se realizaron contados asientos a iniciativa de un funcionario, ya jubilado, durante los periodos en los que puntualmente ejerció como secretario municipal.

Esto significa que algunas dotaciones municipales construidas durante las últimas décadas no figuran en el inventario: la biblioteca Torrente Ballester, el campo de fútbol de A Graña, el tanatorio, los pabellones deportivos de Bueu y Beluso, el centro de salud, la depuradora de aguas residuales situada en Cabalo, los depósitos de agua, el parque Xosé Novas de Beluso o incluso los manantiales que se compraron en su momento en Ermelo para garantizar el suministro de agua a la población. Tampoco están los terrenos en los que se levanta la piscina de As Lagoas, la guardería, las dos parcelas que el Concello de Bueu posee en el parque industrial de Castiñeiras (en una están las mámoas y en la otra la nave municipal), las zonas verdes de As Lagoas o la Praza Massó.

Las implicaciones de esta falta de actualización son más bien simbólicas porque es harto imposible que alguien pueda arrebatar la propiedad de estos bienes a la administración local. No obstante revela una innegable desidia por parte de las distintas corporaciones y secretarios municipales a lo largo de cinco décadas, además de plantear algunos obstáculos administrativos. "La primera implicación es que no se sabe lo que realmente se tiene. Esto a su vez significa que no estás en disposición legal de defender tus bienes y plantea un problema de indisponibilidad a la hora de justificar la titularidad de determinados inmuebles a la hora de optar a subvenciones de otras administraciones", explican las fuentes consultadas. El consistorio ya se ha encontrado con esos escollos en el pasado, como en el caso de una subvención para el centro de infantil de A Pedra [el resto de los colegios sí que figuran en el inventario] o incluso más recientemente con el centro de salud, que se quiere ceder a la Consellería de Sanidade para que asuma los costes de mantenimiento.

El Libro Inventario Municipal no blinda la propiedad municipal sobre los bienes que aparecen en el mismo, sino que se trata de un índice que remite a un título de propiedad o que permite inmatricular los bienes en el Registro de la Propiedad. Este es un paso esencial para poder realizar transacciones con esos bienes. En este sentido, las fuentes consultadas explican que la ley obliga a que al acabar el año los servicios técnicos municipales elaboren un documento con el valor a cuenta del patrimonio. Esto es, una actualización del valor económico de todas esas propiedades municipales y que tampoco se realiza.

El trabajo de actualización del libro inventario debería partir de oficio, a iniciativa de la propia administración local y contando con la propia plantilla municipal que es quien mejor conoce los posibles bienes del Concello. "Si se contrata a una empresa externa, esta va a depender de los datos y la información que se le pase desde dentro del propio ayuntamiento", argumentan quienes conocen como sería este procedimiento.

Dentro de inventario municipal existen epígrafes para otro tipo de bienes que también son propiedad del Concello. Uno es el Patrimonio Muncipal del Suelo (PMS), en el que deben figurar aquellos bienes que se coresponden con el 10% del aprovechamiento lucrativo de cualquier actuación urbanística.

También puede haber un apartado para las obras artísticas ya que en el actual libro no figuran, por ejemplo, el famoso cuadro de Federico Guisasola o el que más recientemente donó José Solla como muestra de agradecimiento por dar su nombre al paseo marítimo de Agrelo-Portomaior.

Compartir el artículo

stats