La Consellería de Infraestruturas intervendrá en varios puntos de la Autovía do Morrazo esta primavera con el objetivo de solucionar los problemas de canalización de aguas y arrastre de lodos que sufren los vecinos en distintos barrios del municipio de Moaña desde el desdoblamiento del antiguo Corredor. Este fin de semana el Concello y ocho colectivos vecinales pidieron una solución. Desde la Xunta señalan que ya están estudiando las medidas a ejecutar pero reconocen que para que las canalizaciones se realicen de forma "óptima" deben construirse con tiempo seco, por lo que se llevarán a cabo esta primavera. La consellería explica que todavía se está planificando la actuación concreta, sobre la que no se desvelan muchos detalles.

Eso sí, aclara la Xunta, titular del la autovía de la comarca, que estas mismas navidades comenzaron los trabajos por este problema con la construcción de un muro de escollera de pie de talud en el desnivel de la salida de Meira hacia la carretera provincial (EP-1102), con el objetivo de minimizar los problemas de originaron un río de lodos en este vial que conecta la carretera general de Moaña (PO-551) con A Fraga en la PO-313.

En concreto se colocó un pie de escollera, se llevó a cabo un "retalizado" de cabeza de talud y se repuso el firme del camino al pie de la escollera que estaba dañado por las riadas. Fue la primera fase de unos trabajos que en primavera deben atajar los arrastres en Domaio, Berducedo, A Paradela y San Martiño, según compromete la Xunta de Galicia.

La sucesión de temporales con lluvias torrenciales de las tres primeras semanas de diciembre sacaron a la luz los problemas de la nueva autovía en materia de recogida de aguas, con unas canalizaciones muy exigidas ante la intensa lluvia. La concejala de Obras e Servizos, Marta Freire, explicó el fin de semana que "detectamos como la nefasta canalización de las aguas pluviales sigue provocando anegaciones de parcelas privadas y de vías municipales, a lo que se suman los continuos arrastres de lodos". Añadió que reciben numerosas quejas vecinales al respecto. Por ello, con la ayuda de los colectivos de las zonas más afectadas, se elaborará hasta el 7 de febrero un listado con todas las incidencias detectadas para trasladárselo a la Xunta.

Participarán en la tarea, además de los técnicos municipales, las siguientes asociaciones vecinales: O Monte Faro de Domaio, NovoMeira, Berducedo e Piñeiro, Broullón, Río da Paradela, Redondo-A Marrúa y San Martiño, además de la Comunidade de Montes de Moaña.

El del arrastre de lodos en el enlace de Meira, bajo el viaducto de A Fraga, es uno de los problemas principales y más graves, de ahí que la Xunta ya interviniese en una primera fase estas navidades. De hecho, las lluvias habían ocasionado a mediados de diciembre un fuerte corrimiento de tierras y la inundación de una finca con unos galpones en donde su propietario refugia a varios caballos.

Ya durante la ejecución de las obras de desdoblamiento el Concello había detectado problemas con las aguas en Broullón, Meira y Domaio, situaciones que se agravaron en diciembre, aunque la construcción de la nueva carretera había concluido en un diálogo permanente con los vecinos afectados por las tres empresas encargadas de la construcción de los distintos tramos de autovía.

El último subtramo entró en servicio a finales de junio de 2019, completando los 11 kilómetros de autovía entre el enlace con el puente de Rande y la primera salida de Cangas.

Podas

En las últimas semanas continúan las podas intensivas de árboles en las márgenes de la autovía. Ayer por la mañana estuvo cortado un carril en el entorno de la rotonda de San Martiño precisamente por estos trabajos de retirada de masa forestal que busca hacer la carretera más segura durante la temporada estival de riesgo de incendios.