La goleta danesa se presentaba majestuosa ayer por la tarde en el muelle pesquero de Cangas. De nombre "Labora", la embarcación data del año 1939 y la tripulación la conformaba ayer 10 personas, de distintos países: Inglaterra, Francia, Alemania, Estados Unidos, América y España. Pero nunca hay un número de miembros fijos. En unos puertos hay gente que sube y en otros se bajan. Es, como dice la tripulante alemana de 20 años que ejerce de traductora, Lea Gögelein, un estilo de vida. Ella se subió en Santander a esta goleta de Babel que transporta a gentes que les une la aventura, la pasión por el mar, las ganas de viajar y la falta de recursos para hacerlo. El barco es propiedad del capitán, un estadounidense con escaso afán de protagonismo, que prefiere echarse un rato a descansar tras una larga travesía, que salir en la prensa. Comenta Lea Gögelein que el capitán contó con ayuda para comprar el barco. Afirma que la vida no es fácil dentro de la goleta. Faltan todavía muchas cosas por hacer para cruzar el Atlántico y el trabajo es duro. Asegura que se están más a bordo de la goleta que fuera y apenas se conoce mucho más que el puerto donde amarran.

Cometan la joven alemana que el velero aún está muy lento y que a su paso por la costa francesa navegó por encima de olas de 5 metros de altura, en medio de una tormenta endiablada. Ahora, el próximo destino es Lisboa. Allí está previsto que embarque una pareja con un perro. Hubo también otra que se formó en el propio barco, pero que ya desembarcó. Lea Gögelein tiene 20 años, pero tiene una vida entera a sus espaldas. Sabe castelllano de los dos años que pasó a salto de mata entre Méjico y Argentina. Nos cuenta que no sabe cuanto tiempo va a estar la embarcación en el muelle de Cangas, pero no le cabe duda de que a la tripulación les espera un duro trabajo estos días.

La tripulante española, del "Labora", vecina de la villa de Madrid, trabajaba en una isla Alemana, Helgoland, en cuestiones relacionadas con la oceanografía. Ella recibió la visita de una compañera de estudios, que vive en Vigo, que no perdió tiempo para acercarse al puerto de Cangas. La tripulante madrileña también opina que es un estilo de vida diferente el que se propone en este barco y que hubo un tiempo que incluso que pensó que podía ser para siempre.