La empresa constructora del tercer tramo de la Autovía do Morrazo, en la parroquia de Meira, en Moaña, desplazó ayer máquinas a la zona del viaducto da Fraga para empezar a trabajar en la solución a las riadas de lodos que se están produciendo desde el último mes con la sucesión de borrascas.
La riada de lodos, que fue denunciada la primera vez por la POlicía Local el pasado 28 de noviembre y que se repitió con fuerza esta pasada semana, afectó a un cobertizo en donde se guarda un caballo, al pie del viaducto; y cruzó la carretera provincial EP-1102, entre Meira y el Alto da Fraga, poniendo en peligro la seguridad en el tráfico, de ahí la intervención de los agentes y que desde el Concello se pidiera una solución a la Xunta. Esta carretera provincial sirve de acceso al enlace de la Autovía de Meira, incluso fue alternativa a la circulación cuando se tuvo que cortar el Corredor con las obras de conversión en autovía.
Con respecto a las obras que se van a acometer, desde la Consellería de Infraestructuras aseguran que todavía se está decidiendo, que la obra está en garantía y que la reparación la tiene que afrontar la mencionada empresa, aunque con el visto bueno de la Axencia Galega de Infraestructuras (AXI), dependiente de esta consellería, como titular de la carretera. Lo que se apunta como más probable es la ampliación de la escollera de piedra hasta abrazar toda la montaña de las tierras sobrantes de las obras de conversión que quedaron acumuladas para evitar que sigan cayendo. La tierra desprendida se va a limpiar. Será una medida de emergencia, según las fuentes consultadas, a la espera de que en verano se acometa una actuación de mayor calado.
Es la primera anomalía de importancia que se produce en la Autovía do Morrazo, técnicamente denominada AG-46, desde que abrió por completo en junio con este tercer y último tramo, de 4 kilómetros hasta el enlace de Cangas. Este tramo incluyó una de las grandes infraestructuras del proyecto como fue el desdoblamiento del viaducto da Fraga.
