Madrugada de robos en la hostelería de O Morrazo y con el mismo método, utilizando martillos o herramientas con los que abrieron un agujero en las cristaleras de los establecimientos. Por el momento, fueron denunciados dos robos: en la cafetería Atria, en la calle Alcalde Fandiño de Moaña, en el barrio de O Rosal,y en la tapería Terra de Graña, en la avenida de Marín, en el centro de Cangas.

Con lo que respecta al establecimiento de Moaña, se trata del segundo robo en quince días, con el mismo método. Los autores rompieron, supuestamente, a martillazos la luna del local y abrieron un boquete por donde se metieron al interior. Robaron la recaudación de billetes de la máquina tragaperras. El botín podría rondar los 2.000 euros porque se hizo al cumplirse los quince días, cuando la empresa acostumbra a realizar la recaudación.

El suceso ocurrió a alrededor de la una de la madrugada y el ruido de la rotura de la cristalera, que está al resguardo de un toldo que cubre la terraza, hizo despertar a vecinos del inmueble que bajaron de los pisos hasta la calle.

Por las redes sociales se alertó de que se había visto un Ford Fiesta blanco de unos 25 años que salió de la zona en sentido hacia A Xunqueira. Los ladrones habían dejado el vehículo atravesado en el aparcamiento delante de la cafetería y habría testigos que grabaron la matrícula aunque se está verificando si el coche era robado o no. El caso lo lleva la Guardia Civil.

Hace quince días, este mismo establecimiento surió igual robo, agujereando la luna. Se llevaron el cajetín de billetes de la tragaperras, aunque en esa ocasión estaba más vacío.La misma noche también robaron, con el mismo modus operandi, en el bar Regueira de Domaio.

Por lo que respecta a la tapería Terra de Graña, en la avenida de Marín, de Cangas, el asalto fue igual. Las pesquisas realizadas por los investigadores aportan pruebas de que se trata de las mismas personas que perpetraron el robo en Moaña. La Guardia Civil dispone ya de datos de la matrícula del vehículo también de su propietario. Todo apunta a que son vecinos de Vigo, pero se descarta que pertenezcan a una banda organizada.