El dique de abrigo para el muelle de bateeiros de A Mosqueira, en el centro urbano moañés, por fin será una realidad, después de años de espera por parte del sector mejillonero y de una larga tramitación que se prolongó a lo largo de buena parte de este 2019. Finalmente, Portos de Galicia resolvió la adjudicación del dique flotante de abrigo a la empresa Construcciones López Cao S.L., que presentó la oferta económicamente más ventajosa de entre todas las proposiciones admitidas, que fueron seis compañías. El coste de esta tarea ascenderá a 560.350 euros, sin IVA, lo que supone un notable descenso con respecto al presupuesto de licitación, que se calculaba en 846.989,94 euros. A partir de la firma del contrato la empresa adjudicataria tendrá un plazo de seis meses para realizar esta construcción, que en la práctica será la primera fase y se completará con un nuevo pantalán flotante en la lámina de agua interior de la dársena que deberá resolver de forma definitiva la falta de espacio que sufren los bateeiros desde hace años, y que les obliga a abarloar sus balandros en varias hileras y les causa retrasos diarios a la hora de empezar a trabajar.

El rompeolas flotante buscará atenuar el oleaje que afecta tanto a los barcos que amarran en A Mosqueira como a los que emplean el pantalán flotante recientemente construido desde la mitad de la estructura de O Con. El dique flotante tendrá 140 metros de longitud y partirá desde la punta del actual dique de O Con. Estará integrado por siete bloques monolíticos de hormigón, de 20 metros de longitud cada uno, 5 metros de ancho y 1,8 metros de puntal. El interior del módulo irá relleno de poliestireno expandido, actuando de flotador. Incluirá dos fijaciones laterales "tipo Halfen" y cada módulo estará dotado de dos conducciones con 55 milímetros de diámetro para la previsión de paso de las instalaciones de servicio.

Como cimentación Portos propone preliminarmente 38 muertos de hormigón de dimensiones 2,5x2,4, con 0,90 metros de canto. Se dispondrán en grupos de dos y se construirán en forma de cuña. Se apoyarán en un lecho marino que el estudio geotécnico define como limoso arenoso, con potencias que alcanzan la decena de metros. El fango es precisamente lo que descartó hace varios años la ampliación directa del muelle de A Mosqueira.

Desde Portos explican en el proyecto básico que el posicionamiento de elementos pesados como estos bloques de hormigón sobre sustratos fangosos deberá realizarse con cautela y recuerdan los precedentes de "hundimientos de consideración de escolleras y bloques". Por ello, ante la incertidumbre del comportamiento de los primeros metros del fango, se estima necesario realizar un seguimiento continuo de la posición de dichos bloques durante el primer año de obra, para detectar a tiempo posibles desplazamientos hasta una posición definitiva de los muertos que obliguen a actuar.

Cuando comenzó la tramitación la intención de los bateeiros era poder contar para este invierno con el abrigo, aunque finalmente se resignaron a tener que abrigar sus balandros en el poco espacio disponible durante los temporales de viento y oleaje que está sufriendo la comarca este otoño.

De todas formas, la espera de medio año más es un alivio para un sector que lleva 10 años esperando por esta obra, desde que se suspendió el anterior proyecto de ampliación de la actual dársena de A Mosqueira.

En 2009 se descartó una obra proyectada en 2004 debido a los 50.000 metros cúbicos de lodos que rodean a la plataforma y que impidieron la fijación de los bloques al fondo submarino, con profundidades de hasta 12 metros. Hasta siete alternativas se llegaron a barajar por los ingenieros de Portos para resolver este problema.