Después de la frustración de que el lunes el narcosubmarino se quedara a mitad de travesía cuando al ser remolcado al puerto de Aldán, se soltara del cabo que lo sujetaba al remolcador, ayer, el operativo encargado de su remolque retomó con nuevas fuerzas la misisón para llevarlo a tierra. Los augurios de los marineros resultaron ser ciertos y el batiscafo se encontraba casi al final de la playa de Areabrava, en donde pasó toda la noche, nuevamente hundido y vigilado. Hasta el lugar se desplazaron a las diez de la mañana la patrullera de la Guardia Civil Río Guadalope, el remolcador Insuiña Rande y dos embarcaciones del Servicio de Aduanas, además de una zodiac desde la que trabajaron buzos del Geas (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil).
Con flotadores y globos de aire intentaron sacar a superficie el submarino en una maniobra complicada. Lo cierto es que hasta en tres o cuatro ocasiones se rompió el cabo que lo unía al remolcador, por lo que el bastiscafo volvía al fondo de la ría. Los marineros aseguraban que en estas maniobras salieron a flote algunos fardos, supuestamente de cocaína, que fueron recogidos por la patrullera de la Guardia Civil.
El narcosubmarino descarga en el puerto de Aldán // Gonzalo Núñez | Julio Santos
Finalmente, pasado el mediodía, consiguieron izar el artefacto, de entre 15-20 metros de longitud, fabricado en fibra de poliéster de color oscuro y lastrado con mucha cantidad de plomo, que también fue lo que dificultó la maniobra de izado a tierra. Cuando las personas empezaron a verlo, el comentario era que parecía como una piragua, pero cubierta. No es tan artesanal como el que apareció de pequeño tamaño en la ría de Vigo en 2006, pero tampoco se trata de una máquina sofisticada.
De hecho, los curiosos se sorprendían de que pudieran viajar tres personas y se preguntaban si se podía hacer un viaje transoceánico a bordo, lo que refuerza la hipótesis de que tenía que tener algún apoyo en superficie. A la vista del artefacto resulta difícil creer que pudiera lograr cruzar el Atlántico en solitario, sin apoyo. El operativo de remolque solicitó la colaboración de dos bateeiros que trabajaban en la zona para poder completar con éxito el traslado del submarino. El remolcador sostenía al batiscafo y los balandos de mejillón se pusieron uno a cada lado, para tirar del mismo. Fue una maniobra que se puede considerar rápida porque en apenas una hora, desde el lugar en donde había quedado la noche anterior, se completó la travesía hasta el mismo muelle de Aldán. La llegada provocó una masiva afluencia de curiosos al puerto.
Prisión provisional sin fianza para los dos ecuatorianos detenidos por el narcosubmarino de Aldán // JULIO SANTOS
Una vez llegado al muelle, el siguiente objetivo era subirlo a tierra. Lo que se intentó era aprovechando la marea alta posarlo sobre la rampa. Pero ante la sorpresa de todos, cuando llevaban sobre una hora detrabajo -eran las 15:50- el submarino se soltó y se hundió a una profundidad de unos 5 metros. Se tomó la decisión de que para volver a sacarlo era necesario la presencia de grúas de gran tonelaje. Pasadas las 19:00 horas los buzos volvieron a meterse en el agua para enganchar con eslindas la popa y la proa para luego izarlo. Los "ranas" se retiraron del lugar a las diez de la noche, pero las grúas sostenían cada una de las dos 50.000 kilos, un peso que no erafactible izar. A las 00:15 se logró ponerlo sobre el muelle. Para ello se tuvo que perforar su cubierta para vaciar su agua con bombas de achique
