La escuela infantil de A Choupana, en Cangas, registró ayer el tercer caso de intoxicación alimentaria en menos de un mes. Esta vez fueron cinco pequeños de entre 1 y 2 años los afectados, que presentaban los mismos síntomas que en las ocasiones anteriores: una reacción consistente en la aparición de sarpullidos y rojeces por el rostro. La dirección avisó de inmediato a las familias, que acudieron a recoger a los menores para trasladarlos al Punto de Atención Continuada (PAC) del centro de salud de Cangas. Al igual que en las alertas anteriores se trata de una intoxicación leve, sin más síntomas. Pero esto ha acabado por colmar la paciencia de las familias, que explican que en el menú de ayer no había palometa ni ninguna otra clase de pescado y tampoco tomate, que son los alimentos a los que se atribuyen los casos previos. Los afectados están planteándose presentar una denuncia ante la Guardia Civil y reclaman a la Xunta de Galicia y al Consorcio Galego de Igualdade e Benestar que procedan a la rescisión del contrato con la empresa que suministra el catering, a la que responsabilizan del problema.
Desde la Xunta reconocen varios casos de reacciones alérgicas en algunos centros, entre ellos el de A Choupana. Aseguran que las manchas rojas desaparecieron en unos 10 minutos y que el episodio fue más leve que en octubre. Añaden que el Consorcio Galego se puso en contacto con el alcalde cangués para informarle sobre la situación y garantizarse una actuación coordinada de las administraciones. Desde el Gobierno gallego se muestran dispuestos a tomar "las medidas que sean necesarias" más allá de la investigación en curso. Además de en Cangas, se registraron incidencias similares en Fene, Ares, Carral, Betanzos y Oza-Cesuras.
Durante la revisión por parte de los médicos se comprobó que los pequeños no sufrían ni taquicardia ni obstrucciones en las vías respiratorias, lo que sería un síntoma de una intoxicación más grave. Pese a todo la concejala de Servizos Sociais, Victoria Portas, aseguró ayer que entendía el enfado de los padres y calificó de "intolerable" la repetición de casos. Se volvió a poner en contacto con los responsables de la consellería de Política Social y les exige que "cambien de servicio de catering mientras investigan y encuentran la fuente del problema" para que después se adopten las medidas definitivas pertinentes. Señala que para algunos padres "esta fue la tercera vez en la que tienen que ir a buscar a sus hijos para llevarlos al centro de salud".
Por otro lado, Portas acudirá esta mañana al centro de A Choupana para conversar con las educadoras. "Porque están evidentemente nerviosas, además de que temen que se les culpe a ellas, cuando el problema está en el catering".
Los alumnos perjudicados habían comido crema de brócoli con calabaza de primero y cuando aparecieron los síntomas comían lomo de pollo con macarrones, "por lo que no probaron ni el pescado ni el tomate, así que el problema debe estar en otro sitio", alerta la responsable municipal.
El 18 de octubre hubo niños intoxicados en Cangas y en tres guarderías de A Coruña: Pastoriza (en el límite con Arteixo), Eirís y A Sardiñeda. Todos estos centros, según la Xunta, compartirían la empresa de catering. El pasado día 29 hasta 41 niños de nueve escuelas de Marín y Pontevedra sufrieron la intoxicación y el caso llegó al Parlamento gallego con duros reproches entre los grupos.
En la primera alerta de A Choupana se vieron afectados cuatro niños y en la segunda nueve, todos ellos menores de dos años y con menús distintos en ambos casos.
