Poco después de que se cumpliese un mes del inicio del curso y de la puesta en marcha del Camiño Escolar Seguro en los accesos al CEIP Tirán -la primera dotación de este tipo en la comarca- continúan los problemas de circulación. Ayer padres de alumnos se desmarcaron de la valoración positiva realizada por el Anpa y la dirección del colegio e incluso denunciaron el atasco ocurrido a primera hora de la mañana, cuando subía el autobús por Carmasa mientras bajaban al menos una decena de coches, provocándose un embudo. "Los alumnos que viajan en autobús, que cada vez son más para evitarse los padres estos problemas, llegaron a entrar al colegio con 10 minutos de retraso, porque los coches no teníamos salida", apuntan estos padres. Y es que el autobús es el único vehículo que puede subir por Carmasa, que ahora para el resto es solo un vial de bajada, "pero no hay espacio para dos vehículos al construir el carril peatonal con los pivotes", se queja una madre.
Aunque los contrarios al camino señalan que lo ideal sería "no haberlo hecho y ampliar las aceras", pide que, por lo menos, Concello o Xunta adquieran la finca anexa para que los padres puedan estacionar. "No es normal que en el entorno de un colegio no tengamos ningún sitio en el que aparcar". Y es que hace dos semanas la Policía Local retiró las excepciones horarias de las señales y en los últimos días comenzaron a tramitar denuncias a los padres que detienen sus coches para que los niños bajen o suban directamente en la entrada del recinto escolar. Todavía no se han recibido multas, pero desde el cuerpo municipal confirman las primeras denuncias.
Los padres que llevan a sus hijos en coche explican que ahora no tienen ningún punto en donde aparcar y deben dejar el vehículo en el estrecho camino rural que conecta con Ameixoada, "en donde incluso hay riesgo de caer por el terraplén", por eso piden una alternativa. El terreno privado anexo estuvo abierto en los últimos cursos, pero el propietario decidió cerrarlo, enfadado con la Administración por las obras de una línea eléctrica que acabaron arrojando asfalto en su parcela. Tanto el Anpa como el Concello trataron desde entonces, en vano, que se reabriese esta finca.
