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Los cazadores de Moaña preparan su primera batida de zorros en dos décadas

Será de una única jornada y aseguran que esta especie se ha convertido en una "plaga" por la falta de depredadores -Participarán perros entrenados en otros municipios

El Tecor de Moaña se segregó del de Marín en la primavera de 2017.

Los cazadores de Moaña, agrupados desde la primavera de 2017 en una asociación propia desligada de la entidad de Marín, tienen previsto iniciar el domingo 20 de octubre su temporada oficial de caza, con el conejo y el jabalí como principales piezas en sus montes. Sin embargo, preparan una batida para una semana antes -presumiblemente el domingo 13 de octubre- en la que los participantes saldrán a la caza de zorro. Se trata de un tipo de campaña que no se produce en los montes moañeses desde hace al menos dos décadas, según explican algunos cazadores. Es más, está previsto que reciban a cazadores de otras localidades que acudirán con perros entrenados en la localización de zorros, pues los cazadores de Moaña no tienen a sus animales preparados para este tipo de piezas, sino que están adiestrados exclusivamente para la búsqueda de rastros de conejo y jabalí, las piezas habituales.

Los moañeses que participen acompañarán en grupos a los foráneos que desplacen a los montes del municipio a sus perros. La intención es que esta batida se limite a una sola jornada y el sector justifica la medida al entender que "o raposo se converteu nunha praga nos últimos anos, debido a que non ten depredador natural e, ao non venderse a súa carne, aquí non hai costume de cazalo dende hai moitos anos". Aseguran que es habitual ver zorros en los últimos años en zonas de viviendas de la parte alta de Moaña, como algunos barrios de Domaio. Señalan que los zorros causaron daños en algunos gallineros particulares y que también contribuyen al descenso de población del conejo, que es una de las principales piezas de caza en Moaña.

Aunque la batida será durante un solo día, el permiso obtenido no recoge ningún límite de piezas abatidas, según apuntan desde un sector que este mes empezará en toda la comarca su temporada anual de caza.

En abril de 2017 la Asociación de Cazadores de Moaña lograba todos los permisos para segregarse del anterior Tecor con Marín. Los trámites les habían llevado dos años, así que partían ya con su propio territorio cinegéticamente ordenado. En estos momentos son cerca de 90 los cazadores asociados.

A lo largo de las últimas semanas en varios establecimientos de Moaña se instalaron carteles buscando a voluntarios para que participen en la batida del zorro.

El Tecor de Moaña cuenta con una superficie del 2.300 hectáreas y necesitó del apoyo de los comuneros de las tres juntas de montes del municipio para poder utilizar parte de sus terrenos. De hecho, de todo el territorio cinegético, hasta 1.600 hectáreas son cedidas por las comunidades de Moaña, Meira y Domaio. Además, hasta 800 hectáreas son terrenos privados con cuyos propietarios llegó a acuerdos la nueva asociación.

En sus inicios como asociación propia, los integrantes realizaron muestreos para valorar la cantidad de fauna en el territorio, asegurando que la población de jabalíes había ido en aumento, como ocurre en otros lugares de O Morrazo.

15 años

La segregación del Tecor de Marín se consumó tras unos 15 años de unión entre los cazadores de ambos municipios. La intención era reducir la presión cinegética sobre el territorio moañés en donde se concentraban casi todas las capturas y que atraía por lo tanto a un número elevado de cazadores.

Los trámites habían obligado incluso a que este territorio estuviese dos años sin batidas de caza, que se retomaron en octubre de 2017.

Pasada la batida del zorro, la campaña será la habitual y se prolongará hasta el Día de Reyes, ya en enero de 2020.

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