A partir del próximo mes de octubre comenzarán a pasar por el juzgado de Cangas para prestar declaración en calidad de investigados aquellos dueños de establecimientos de hostelería de Moaña a los que la Policía Nacional intervino aparatos supuestamente ilegales donde se retransmitía los partidos de la Champions. La denuncia parte de la Liga de Fútbol Profesional y la operación llevada a cabo en Moaña fue parte de una que se llevó a cabo en toda la geografía española.

Fue el miércoles, 13 de diciembre del pasado año, cuando se retransmitía el partido entre el Real Madrid y el CSKA. La Policía Nacional, con ocho agentes de paisano en un furgón y un coche, entraron en cada uno de los locales en donde se estaba viendo el citado partido de fútbol, en lo que se supone fue una redada contra la piratería de canales de televisión privados de fútbol, iniciada por la denuncia de los representantes legales de la Liga Nacional de Fútbol Profesional. Esta redada afectó, sobre todo, a establecimientos ubicados en la urbanización de O Rosal. Los agentes localizaron decodificadores, comprados legalmente en las tiendas de electrodomésticos, pero supuestamente manipulados para obtener la señal. No obstante, hubo locales en las fuerzas del orden comprobaron que funcionaban correctamente.

A los denunciados, alrededor de una docena, se les acusa de un presunto delito de los artículos 270.1 y 286.4 del Código Penal, que establece prisión de 6 meses a cuatro años y multas de doce a veinticuatro meses por plagio si autorización de los titulares de los correspondientes derechos de la propiedad.

Este caso se asemeja a la lucha que en su momento tuvieron los locales de Moaña contra la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).

Así que se prepara un otoño caliente. Los locales de Moaña no se rendirán fácilmente. De hecho el caso ya está en manos de sus abogados.