El sector bateeiro con base en Moaña observa con incertidumbre cómo los episodios de toxina que la pasada semana cerraron otros dos polígonos de bateas en la ría de Vigo se recrudecen. En estos momentos están solo abiertos dos polígonos frente al litoral de la parroquia de Domaio -Cangas D y Cangas E- así como los de la ensenada de San Simón, utilizados sobre todo por bateeiros con base en el muelle de San Adrián. A lo largo de la mañana de ayer los biólogos del Instituto Tecnolóxico para o Medio Mariño de Galicia (Intecmar) intensificaron los controles con análisis en todos los sectores de la ría de Vigo todavía operativos.
El viento del norte que sopló durante buena parte del fin de semana podría ayudar a depurar la ría, pero los mejilloneros aguardan al resultado de los análisis con incertidumbre. Y es que este episodio de toxina llega a apenas dos semanas para que comience la campaña de exportación de producto al sur de Italia, que pasa por ser uno de los periodos de más actividad para el sector de todo el año.
En estos momentos buena parte de los propietarios de bateas trabajan en separar el producto listo para la exportación y agruparlo en sacos que se cuelgan de las propias bateas, para evitar el desprendimiento del bivalvo al crecer nuevas crías.
Los polígonos de Liméns están cerrados desde mediados de agosto. Mientras tanto, en la ría de Aldán están los dos sectores inoperativos por culpa de la toxina desde el día 6 del mes pasado. Y en lo que respecta a los bateeiros con su base en Bueu, no pueden retirar producto de los viveros de la ría de Pontevedra para su puesta a la venta desde el pasado 26 de agosto.
