La entrega de diplomas del Obradoiro de Emprego de Moaña tuvo ayer más emoción de la prevista. Y es que, tras los discursos institucionales, algunos alumnos tomaron la palabra para agradecer la dedicación de los formadores, para emoción de estos, que declararon incluso estar conteniendo las lágrimas. Uno de los alumnos incluso compuso un poema que leyó en voz alta y que desató los aplausos de los asistentes. El montaje fotográfico de los últimos nueve meses contribuyó al momento de comunión.
Hay que sanear los retretes portátiles
Me cuentan, y también pude dar fe, que ayer olía a dinosaurio en el entorno del consistorio de Cangas y que el aroma no procedía precisamente de los bichos sintéticos que reviven bajo la carpa para disfrute estival de sus devotos, sino fruto orgánico de los que se ausentan para satisfacer sus necesidades más básicas tras la digestión. Claro que hay que dar servicios, de unos y de otros, pero también sanearlos para que no afecten al entorno para mal. El olfato es uno de los cinco sentidos básicos y el atractivo turístico, amén del que se merece la población autóctona, también pasa por él.