Técnicos de una empresa contratada por la Dirección Xeral de Patrimonio inspeccionaron ayer la fachada principal de la iglesia parroquial de Santiago de Cangas con el objetivo de evaluar su estado y tomar medidas para paliar su evidente deterioro. El estudio de la considerada, junto al cruceiro de O Hío, la mayor joya artística del municipio también tiene por objeto comprobar la consistencia de la piedra y la posibilidad de reponer algunas de las figuras religiosas que fueron víctimas del tiempo o de actos vandálicos. Entre ellas, la cabeza de un santo que fue descubierta hace cuatro años en una finca de Coiro y que desde entonces custodia el Concello, a la espera de acordar con la Iglesia su destino definitivo.

Los operarios desplazados a Cangas por encargo de Patrimonio realizaron varias comprobaciones en los muros y columnas de la excolegiata, para las que se ayudaron de una plataforma elevadora. Se pararon particularmente en la fachada, proyectada por Jácome Fernández y Antonio Vizoso y levantada en torno a 1585, y que constituye una de las mejores y más bellas muestras del arte renacentista de toda Galicia, en opinión de varios especialistas. Tiene dos cuerpos de columnas estriadas jónicas y compuestas y la orientación escultórica del frontón de la fachada remite a temas bíblicos con varias imágenes, que también son evaluadas. Todo el conjunto es de estilo plateresco-renacentista y su estado evidencia el paso de los años y de las inclemencias meteorológicas. "A simple vista, su imagen ya es preocupante", apunta un técnico.

El Concello de Cangas desconocía ayer que se estaban realizando los trabajos de cata, según señaló el alcalde, Xosé Manuel Pazos, que fue informado por los vecinos y no encontró respuesta en los responsables eclesiásticos. Para determinar el alcance de la actuación, agentes de la Policía Local se personaron ayer a mediodía en el atrio parroquial y fueron informados por los técnicos de la empresa que estaban trabajando in situ para analizar su estado de conservación y que presentaron los documentos avalados por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural, que no precisa de licencia municipal para este tipo de actuaciones.