La constatación de la "pinza" PP-BNG contra el gobierno bipartito ACE-PSOE o el baño de realidad fruto de los resultados electorales y de una negociación posterior frustrada entre todos los grupos de izquierdas. Los argumentos y justificaciones difieren para cada una de las partes implicadas, pero lo que constará en acta es el rechazo plenario a los salarios propuestos para el alcalde y los cuatro concejales que tendrían dedicación exclusiva o parcial, dos de Alternativa y dos socialistas. Así, si no se produce un giro radical inesperado, a corto plazo Xosé Manuel Pazos tendrá que recuperar su sueldo como profesor, y Victoria Portas, Hugo Barreiro, María Teresa Villar y Sagrario Martínez, desempeñar sus cargos en el Concello sin remuneración.

En una sesión que derivó hacia la bronca, solo Avante se mantuvo al margen, fiscalizador del gobierno pero con un mensaje conciliador en los asuntos más relevantes, compatible con una incorporación futura al gobierno. El BNG también dijo que su mano estaba "tendida" para llegar a acuerdos, pero el alcalde se encargó de avisarle que no la aceptará "a cambio dun soldo". "Iso téñano moi claro", apostilló.

Las desavenencias se dejaron sentir desde el principio de la sesión plenaria. Ni siquiera se aprobó el acta anterior porque el PP advirtió de que no se ciñe a la realidad de lo que pasó, en particular en el formalismo de la toma de posesión de Pazos. Otros ediles también manifestaron discrepancias con lo apuntado por el secretario y el alcalde optó por dejar el asunto sobre la mesa, ayer con secretario accidental. El PP tampoco entró en votación sobre el reparto de representantes en la comisión informativa única (3 del PP, dos de ACE, dos del PSOE, uno del BNG y uno de Avante) porque "non se contou con nós", y el BNG, por boca de su portavoz Mercedes Giráldez, abrió fuego hacia otras filas de la izquierda. "Falta de proporcionalidade" con respecto a los resultados salidos de las urnas, ausencia de "xenerosidade" de los dos grupos mayoritarios, o "afronta contra a lingua galega" por no figurar expresamente la "normalización" en ninguna concejalía fueron algunas de sus críticas, aunque el alcalde le hizo saber que la denominación es provisional y sí se incluiría en la definitiva, al igual que la de "transparencia" que echó en falta Ánxela Vizoso (Avante).

El tono de los intervinientes ya daba indicios de por dónde avanzaría la sesión. "Empezamos ben", apuntó Pazos torciendo el gesto hacia Giráldez, que aún así votó en contra y en cada punto echó en cara el maltrato recibido de ACE y PSOE cuando se sentaron a la mesa para negociar un gobierno cuatripartito, con Avante. El bipartito tampoco pudo sacar adelante las delegaciones del pleno en la Xunta de Goberno Local, porque toda la oposición coincidió en que un ejecutivo minoritario, que representa poco más de un tercio de la Corporación, no puede tener semejantes atribuciones. El alcalde lo había justificado en la necesidad de "axilizar trámites", por recomendación de los técnicos, pero ACE y PSOE se quedaron solos en su defensa.

El único punto donde hubo unanimidad fue el de mantener la celebración de los plenos los últimos viernes de mes, como ya sucede desde hace muchos años, y los enfrentamientos regresaron para fijar la representación en órganos colegiados, como la Xunta de Goberno da Mancomunidade. El PP, a través del concejal Pío Millán, y el BNG se posicionaron en contra con los mismos argumentos de que una minoría no puede abarcar toda la representación y llegando a hablar de "ilexitimidade". "Siguen asombrándome as coincidencias entre o PP e o BNG", intervino el regidor entre algunas protestas del público y la réplica de Giráldez sobre la sintonía de ACE con el PP a la hora de votar sobre distintos asuntos. Pazos volvió a acusar al Bloque de no asumir que es la tercera fuerza política, que ya no está en el gobierno y que las delegaciones son potestad de este. "Explíquenlle aos seus compañeiros de Bueu ou de Moaña que están paralizando a acción de goberno da Mancomunidade", remachó.