El reconocido bar de tapas "Los Toneles", en el casco histórico de Cangas, pone el cartel de cierre. Pero no hay que alarmarse. El negocio puesto en marcha en 1980 por Tomás Germade González y su esposa, Pilar Ríos del Ríos, en la rúa Pablo Iglesias nº 12, ha decidido cambiar de emplazamiento, mudándose a un bajo situado en la cercana calle Antonio Garelly nº3, a menos de un minuto andando de su actual ubicación. Salvo imprevisto esa mudanza se materializará hoy. La tradición, característica base conocido local cangués, será uno de los pilares sobre los que seguirá sustentado su labor.

El establecimiento se posiciona como uno de los principales enclaves para disfrutar del buen vino acompañado de una tapa en Cangas. Al conversar en torno a este bar, muchos son los sustantivos que nos remiten, pero uno de ellos es imposible de evitar, empanadillas. No se podría hablar de "Los Toneles" sin nombrar su plato estrella, siendo muchos los turistas y vecinos de la zona que no dudan en pasar por el local para disfrutar de ellas. La variedad de empanadillas es enorme, en palabras de la dueña, Pilar Ríos: "Tenemos de carne, bacalao, bonito, xoubas, zamburiñas, pollo, pulpo o jamón y queso, nos adaptamos a los gustos de la gente". El local cangués cuenta también con otras especialidades. "Según nos comentan nuestros clientes, el pulpo, los calamares, los chipirones o la tortilla también están riquísimos" señala Pilar Ríos.

En "Los Toneles" siempre han tenido presente su carácter gallego y, como no podía ser de otra forma, uno de los mayores representantes de la gastronomía autonómica también está presente. El local ofrece a sus clientes la posibilidad de disfrutar de marisco fresco ya que las cigalas, navajas, gambas o mejillones también forman parte de su carta.

Durante todos estos años "Los Toneles" ha conseguido mantenerse a flote. Tras la muerte de su fundador hace quince años, Tomás Germade, su mujer, Pilar Ríos, junto a su hijo, Óscar Germade, continuaron con el negocio, logrando conservar el éxito cosechado.

No volverse locos y hacer las cosas como siempre es una de las claves de su éxito. En palabras de su dueña, Pilar Ríos, "el éxito al fin y al cabo es únicamente el resultado del trabajo bien hecho y el boca a boca. Si tus clientes están contentos no hace falta más propaganda. De hecho, nosotros nunca hemos hecho propaganda del local". Este es otro de los aspectos sobre el que Ríos hace especial hincapié: "Hay que tratar a los clientes de forma adecuada, no engañarles, y servirles un producto de calidad, si quieres que vuelvan".

Los precios ajustados también es otro de los reclamos del bar, como subraya la dueña. "Por ejemplo, la tapa de pulpo está 6 euros, los calamares a 5 euros, los mejillones a 3,50 euros, los pimientos de padrón a 3 euros, y las empanadillas a 0,80 euros" remarca. El apogeo de gente, que de cara al mediodía, es una clara muestra de su buen funcionamiento. En palabras de Ríos, "a mediodía no paramos, es uno de los momentos del día en el que tenemos más trabajo".

El cierre del local no supone un punto y final, sino un punto y aparte. Tras más de 30 años en la calle Pablo Iglesias, el local se trasladará a la calle Antonio Garelly nº3, a poco más de un minuto desde el emplazamiento actual. En este nuevo espacio, Pilar Ríos, y su hijo, Óscar Germade, continuarán haciendo lo que mejor saben hacer: llevar un bar de tapas de éxito. El traslado se culminará previsiblemente hoy.

El cambio de situación no debería suponer ningún inconveniente para la clientela, como bien subrayan los dueños del bar. "Esperamos que el nuevo establecimiento no sea un impedimento para que todo el mundo disfrute de nuestras tapas, y como no de nuestras empanadillas", aseguran.