Los marineros de la comarca se volcaron ayer con una de sus fechas más señaladas: la celebración en honor a su patrona, la Virgen del Carmen. Fue una jornada de fiesta y emoción, en la que vuelve a estar muy presente el recuerdo de aquellos que perecieron en naufragios y accidentes en el mar. Las flotas de Cangas y Moaña salieron en procesión marítima por la ría, un recorrido que tuvo uno de sus momentos más emotivos con el encuentro entre las dos marchas a la altura del límite entre los dos municipios. En Bueu la fiesta del Carmen este año venía envuelta con cierto halo de tristeza porque no hubo procesión marítima. Las gestiones de última para intentar cumplir con los requisitos que exige Capitanía Marítima y las aseguradoras no fructificaron y marineros y vecinos tuvieron que conformarse con honrar a la Reina de los Mares desde tierra.

La procesión de Cangas fue la primera en zarpar, cuando apenas pasaban unos minutos de las cinco de la tarde. Al sonido de la "Salve, reina de los mares" la flota dejó atrás el muelle y comenzaron los actos de celebración. El recorrido estuvo amenizado con música de todo tipo, tanto canciones populares gallegas como "hits" de listas internacionales.

La procesión marítima cumplió con las expectativas. La cita anual con la patrona de los marineros no dejó a nadie descontento. Las embarcaciones encabezadas por el balandro "Araceli",en el cual navegaba la imagen, se dirigieron en un primer momento a Santa Marta. Previamente se detuvieron en A Congorza, lugar escogido para realizar una de las muchas tiradas de fuegos.

El fuerte viento no fue obstáculoi parael disfrute de los asistentes. Todos los participantes remarcaron la importancia de divertirse en una de las más importantes fiestas del concello cangués, hecho que llevaron a cabo a la perfección. El tono festivo estuvo presente durante las tres horas de duración. El carácter desenfadado propio de la fiesta se combinaba con la emoción que acompaña a esta celebración. Como subrayó una de las participantes, "yo vengo todos los años para homenajear a nuestra patrona y para cantar y bailar con mi gente".

Las más de 40 embarcaciones, que participaron este año se mimetizaron con el ambiente festivo. La mayoría estaban decoradas con banderas de colores, hecho que contribuyó a generar un ambiente lúdico-festivo.

Emoción

La emotividad también estuvo presente en la celebración. Como todos los años, los feligreses tuvieron la posibilidad de agradecer a su patrona. El párroco de Cangas, Severo Lobato, fue el encargado de presentar la ofrenda a la Virgen. Lobato, tras pronunciar unas preves palabras del evangelio, aprovechó la ocasión para recordar a todos aquellos que han perdido su vida en el mar, momento en el cual la música y la fiesta cesaron repetinamente y se hizo un sobrecogedor y respetuoso silencio. Tras este acto, se llevó a cabo la ofrenda a la Virgen del Carmen frente a la playa de Santa Marta sobre las 18.00 horas.

A continuación la música, el baile y el toque de las sirenas volvieron a ser los grandes protagonistas durante el resto del recorrido. Las embarcaciones de camino a su encuentro con la procesión de Moaña, realizarían una nueva parada en A Cogorza, iniciándose de nuevo una tirada de fuegos. Todo un atractivo y una llamada de atención a las personas que seguían la marcha desde tierra.

El tradicional encuentro entre Cangas y Moaña se produciría en torno a las 19.30 horas de la mano de "Salve, reina de los mares", y una pitada conjunta de sirenas. En este como momento los párrocos de ambos municipios y devotos se hermanaron en comunión e intercambiaron saludos.

A hombros, como marcaba una tradición perdida hace dos décadas, fue llevada la imagen de la Virgen del Carmen hasta el puerto de Moaña. No sin gran esfuerzo una decena de voluntarios (el llamamiento de la Comisión de Fiestas no caló entre la población e impidió que pudiesen establecerse varios relevos) portaron la efigie desde la iglesia parroquial recorriendo las calles moañesas mientras las numerosas personas que se concentraban en la zona vitoreaban a la Virgen. La comitiva se detuvo ante el edificio del pósito, y tras girar la imagen hacia él, la Banda de Música Airiños do Morrazo entonó los primeros acordes de la Salve Marinera, cantada por buena parte de los presentes en uno de los momentos más emotivos de la jornada de ayer.

Fuerza de voluntad

Tras la pausa se reemprendió camino y a pesar de que el carrito acompañó en todo momento a los voluntarios, estos no desistieron y solo dejaron la figura mariana en el momento de embarcarla en un muelle de A Mosqueira en donde los numerosos vehículos estacionados supusieron una nueva dificultad al paso de la procesión.

El "Carro Primero" fue el barco encargado de portar la imagen de la Virgen y de zarpar hacia el interior de la Ría de Vigo, acompañado por aproximadamente una treintena de embarcaciones en este desfile sobre las aguas. Tras encontrarse con la flota canguesa, los barcos tomaron rumbo a Teis (Vigo) para realizar una ofrenda.

A continuación, la procesión viró hacia Rande para pasar junto a la empresa Fandicosta y pasar junto a la costa de Domaio, O Latón y Meira. Todo para poner el punto y final en aguas próximas a la plaza de abastos de Moaña, en donde se realizó la ofrenda floral a la patrona del mar.