Nadie pujó por las fincas del gran aparcamiento público de Altamira (800 plazas) , ubicado en la denominada Unidad de Actuación Número 5 y por las que el Banco Santander, entidad acreedora, pedía 15 millones de euros. La subasta se cerró ayer a las 18.00 horas sin que nadie pujara por ninguno de los seis lotes. El Juzgado Número 1 de Cangas inició este proceso el 25 de junio y concluyó ayer sin que ni empresas ni particulares se interesaran los más mínimo por la subasta. De esta forma sigue paralizado el desarrollo urbanístico de esta zona central de Cangas que une la parte norte con la sur y que se frenó la primera vez cuando el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) anuló en 2010 el Plan de Reforma Interior (PERI) porque la empresa promotora, Ponte do Río Bouzós no había reservado viviendas de protección oficial. Que la subasta quedara desierta pone de manifiesto que Cangas no ha superado todavía la crisis del ladrillo. El Banco Santander también tiene en Cangas pisos en el gran edificio de la Plaza de A Palma, construidos por la misma promotora de la Unidade de Actuación Número 5 y muy cerca de la misma. Sin embargo, aquí sí que hubo numerosos vecinos que manifestaron de una forma u otra interés por comprar una vivienda.
Cada uno de los seis lotes de la Unidad de Actuación Número 5 se subastaba de forma independiente. El primer lote tenía un valor de 1.194.771 euros. La parcela ocupa 490,09 metros cuadrados. El valor de la subasta del segundo lote es de 3.571-.485,28 euros y la parcela ocupa una superficie de 1.378,41 metros cuadrados. El valor del tercer lote es de 1.761.088,97 euros y la parcela ocupa una superficie de 713.59 metros cuadrados. El lote número cuatro salía a subasta por 5.885.311,13 euros y la parcela tiene una extensión de 277.,78 metros cuadrados. Por lo que respecta al lote número 5, el valor de la subasta era de 1.962.305,53 euros. El cuanto al último lote, el valor de subasta de 2.938.437,73 euros. La parcela mínima ocupa 1.189, 44 metros cuadrados.
El anterior gobierno tripartito, integrado por ACE, BNG y ASpUN decidió convertir esa gran zona vacía, desprovista ya de casas, para construir un gran aparcamiento y también viales que permiten pasar de la avenida de Marín a la calle San José.
El PERI de la Unidad de Actuación Número 5 de Cangas, en la zona de Altamira , abarcaba 35.000 metros cuadrados e iba a permitir la construcción de de 350 nuevas viviendas, con una inversión prevista en su momento de 19 millones de euros.
La crisis del ladrillo acabó prácticamente con todas las grandes empresas de construcción de Cangas. Las que resistieron se dedicaron principalmente a las reformas, con muy poca vivienda nueva, a excepción del edificio que pretende construir una empresa foránea en Vilariño y cuya licencia está paralizada en el Concello, por lo que la empresa denunció por prevaricación al la junta de gobierno local. El Juzgado Número archivó la demanda, que está recurrida en Pontevedra.
