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Los grafiteros estrenan la autovía

Aparecen pintadas a lo largo de la carretera, incluso dentro del túnel de Montealegre

Todo apunta, según las firmas, que los autores de los grafitis que han aparecido en las últimas semanas en los muros y paneles laterales de la Auto vía do Morrazo son grupos de jóvenes que han visto un espacio "majo" para sus historias, tal y como señalan personas vinculadas a este submundo de arte urbano. Son zonas que se ponen "calientes", aunque se trata de grupos incontrolables de jóvenes, en algunos casos actúan por invitaciones desde diferentes partes de España. No obstante, se ve que la zona ha sido estudiada muy bien por ellos y, sobre todo, las horas en las que pudieron trabajar con sus esprays para no ser vistos.

Llama la atención los grafitis pintados en la paredes del túnel de Montealegre, en Domaio, que han sido como una gran pizarra blanca para que estos jóvenes dejaran sus huellas. Porque lo que busca este movimiento de arte urbano no es tanto una reivindicación artística como dejar plasmado sus nombres. En el caso del túnel de Montealegre, en donde firma el grupo Recs, las pinturas han sorprendido incluso a la propia Consellería de Infraestructuras, que como titular de la carretera, no se explica en qué momento del día pueden entrar en el túnel para pintar, con el peligro que ello también implica a ser alcanzados por algún vehículo. Es el riesgo que al menos les gusta transmitir a los grafiteros con estas pintadas que también están apareciendo en las partes traseras de los paneles luminosos situados a varios metros de altura sobre las carreteras.

Lo mismo que ocurrió en la Autovía, pasó meses antes cuando se inauguró la ampliación del tramo de la autopista AP-9 en el puente de Rande, en donde aparecieron también grafiteados los muros de separación de las calzadas.

En el caso de la Autovía do Morrazo, la firma de los grafiteros está también en viaductos, como el de Meira, en este caso con un nombre sobre una de las columnas. Más llamativo es la pintura que apareció en los paneles antirruido, de fondo verde, que se instalaron en el tramo de Broullón, en donde hay grandes letras de espray, legibles para ellos y de difícil lectura para la gran mayoría.

También hay grafitis en muros de piedra de contención de esta carretera. Personas próximas al mundo grafitero, aseguran que los autores de estas pintadas han conseguido su objetivo de dominar el espacio, en este caso espacio público. El mayor problema surge cuando las pintadas alcanzan las propiedades privadas, como ocurrió hace unos meses en Menduiña, en Aldán, que provocó una queja de los vecinos. La limpieza de un grafiti sobre una fachada de piedra supone un coste muy elevado para el propietario de la vivienda y en este caso se trata de un acto de vandalismo más que un espacio "majo" para pintar. La consellería intentará limpiar la pintadas de la autovía.

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