Héctor Bernárdez Germade y José Manuel González Alfaya, curas que se formaron en las catequesis de Manuel Barros Brey en la parroquia de Santa Eulalia de Meira, fueron dos de los organizadores de la conmemoración de ayer en esta iglesia con motivo de las bodas de oro sacerdotales del párroco. Con él se hicieron curas y ayer estuvieron a su lado, como otros cientos de personas, en los actos para celebrar estos 50 años de sacerdote, que consistieron en una misa a mediodía en la iglesia de Santa Eulalia y unos pinchos y comida en los aledaños de la parroquia. Héctor Barnárdez es hoy rector del Seminario Redeemptoris Mater de Ourense, en donde Manuel Barros, ejerce de confesor, y con él se desplazaron cinco seminaristas del centro, de cinco nacionalidades diferentes. Por su parte, José Manuel González Alfaya está hoy de cura en Toledo.

La iglesia de Santa Eulalia estaba abarrotada de gente para seguir la misa en honor a Manuel Barros, que estuvo acompañado por el párroco de Moaña y Tirán, José Luis Muñiz; Julio Alonso, cura en Castellón y natural de Ourense; Francisco Pena Calvar, natural de San Martiño y cura en la zona de Boiro y Miguel Salas, vicerrector del Seminario Redeemptoris Mater de Ourens, entre otros.

Tras la misa y sentado en el presbiterio, Manuel Barros recibió el cariño de los presentes, con un besamanos y también con obsequios de feligreses y familiares. La parroquia de San Martiño, a la que llegó primero en Moaña procedente de Isla Margarita, en Venezuela, en septiembre de 1994, le hizo entrega de un estuche litúrgico; la de Meira, parroquia de la que se hizo cargo también dos años después -en ellas sigue-, le obsequió con una casulla y un cuadro conmemorativo de las parroquias por las que pasó; mientras que las comunidades neocatecomunales le agasajaron con una biblia con las tapas de plata. Desde Isla Margarita, en Venezuela, los feligreses que no pudieron asistir y que guardan mucho aprecio a Manuel Barros por sus18 años de apostolado en esta parte del Caribe, le enviaron una carta que leyeron representantes de dos familias que sí se desplazaron hasta Meira, que le entregaron además una libreta con dedicatorias. La familia del párroco, que es natural de Caldas de Reis, le hizo entrega de una imagen de Santiago Apóstol.

También en la comida posterior y a modo de sorpresa se le regaló un vídeo resumen de su vida y con dedicatorias de feligreses, familias y gente de Venezuela. Manuel Barros se mostró muy emocionado y agradecido por estas pruebas de cariño.