El 17 de diciembre de 1988, Alberto Agulla Bará era nombrado jefe de la Policía Local de Cangas, cargo del que tomó posesión en enero de 1989 y que sigue desempeñando hoy, 30 años después. Como reconocimiento a su labor, el alcalde, Xosé Manuel Pazos, le entregó ayer un regalo conmemorativo en un acto realizado en su propio despacho y que aprovechó para agradecerle el trabajo realizado.

Alberto Agulla, con estudios de técnico delineante, comenzó a trabajar en la Policía Local de Pontevedra con 19 años recién cumplidos y, aprovechando su formación, fue destinado al departamento de atestados. En 1988, con Lois Pena como alcalde, Cangas convocó la plaza de sargento jefe de su Policía Local por oposición libre y Agulla logró el puesto, convirtiéndose, con solo 22 años, probablemente en el jefe de Policía más joven de España, según apuntes periodísticos de la época.

Pazos y Agulla tuvieron ocasión de repasar ayer algunos de los peores y mejores momentos vividos en estas tres décadas. Entre los primeros, el inspector jefe de la Policía Local destaca el conflicto vivido con el concejal Bernardino Faro Lagoa, que acabó por sentarlo a él y a otros compañeros en el banquillo de los acusados. Aunque la Justicia rechazó los argumentos del edil, Agulla pasó malos momentos personales y profesionales, que le han servido "para aprender". También recuerda momentos muy buenos, sobre todo en los primeros tiempos como profesional, donde los medios disponibles y el reconocimiento social a su labor -sobre todo en su lucha contra la droga, donde las policías locales de Cangas y Moaña llegaron a ser referentes en todo el Estado- superaban con creces a los actuales.

Sobre la situación actual, Alberto Agulla repara en las escasez de plantilla para atender las necesidades, aunque confía en que pueda mejorarse a medio plazo cubriendo las 12 plazas de agente ofertadas por el Concello. Incide en su buena relación profesional y personal con el alcalde y se define con una frase: "Esperando o relevo".