Una alianza atlántica contra la invasión biológica que avanza de forma incesante por Europa desde hace una década. Vigo forma parte del mayor proyecto lanzado hasta el momento para intentar frenar a la avispa asiática y preservar las poblaciones autóctonas de polinizadores junto a otras 31 universidades, incluida la de Santiago, centros de investigación, administraciones y asociaciones de productores de España, Portugal, Francia, Reino Unido e Irlanda.

El campus acogió ayer la jornada de presentación del consorcio Atlantic-POSitiVE, que trabajará hasta 2022 con una financiación de 2,3 millones de euros -1,7 de ellos procedentes de fondos Feder dentro del programa de cooperación Interreg-. La UVigo, uno de los diez socios principales, recibirá la mayor partida, 470.000 euros.

El proyecto está liderado por la Fundación Centro de Estudos Eurorrexionais Galicia-Norte de Portugal, cuyo director, Valerià Paül, se refirió a su papel como "canalizador de los esfuerzos investigadores" para ayudar a productores y administraciones. Y el resto de socios principales son las universidades de Santiago, Trás-os-montes e Alto Douro (UTAD), Exeter y Cork, la Xunta de Galicia, el Instituto Nacional de Investigación Agraria y Veterinaria de Portugal, el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario y el Instituto Nacional de la Investigación Agronómica de Francia.

Sandra Rojas y Xulio Maside, investigadores de Vigo y Santiago, explicaron los esfuerzos de ambas universidades para avanzar en el desarrollo de "métodos conjuntos para toda el área atlántica" que eviten la propagación y minimicen el impacto de la avispa asiática en la producción de miel y los ecosistemas. También se trata de reducir los riesgos en la salud de la población general tras los casos de fallecimiento por picaduras detectados en Galicia.

Rojas, del departamento de Ecología y Biología Animal, destacó que se trata del "primer esfuerzo" europeo contra la velutina. De los cinco países participantes, Reino Unido e Irlanda todavía no sufren su presencia, pero la avispa asiática podría desplazarse "fácilmente" hasta allí.

El objetivo del consorcio es conseguir soluciones "en el menor tiempo posible" y, por parte de la UVigo, participarán los grupos de Biología Ambiental y de Aerobiología y Apicultura. El primero evaluará los impactos de la velutina sobre la polinización e intentará mejorar los métodos de control y la detección de nidos mediante sistemas de radiotelemetría y trampas con cebos específicos. Y el segundo analizará la dieta del avispón y su ciclo anual, además de desarrollar técnicas para el manejo de colmenares en zonas invadidas.

Xulio Maside, del departamento compostelano de Ciencias Forenses, Anatomía Patológica, Ginecología y Obstetricia y Pediatría, expresó su confianza en que el consorcio permita "acelerar" las respuestas a las cuestiones que "inquietan" a la población.

Los investigadores de la USC, que ya cuentan con estudios previos en la provincia de A Coruña, realizarán un análisis económico del impacto de la velutina en el sector de la apicultura. En 2016, apuntaron ayer, los productores gallegos destinaron el 20% de los ingresos obtenidos por la venta de miel a la lucha contra la avispa invasora.

Su contribución también se centrará en determinar los factores ecológicos y biológicos que favorecen su expansión por Europa, así como en el diseño de métodos que reduzcan la población de velutinas sin generar un impacto ecológico o en la salud de las personas.

En este sentido, Maside censuró el uso de pesticidas -troyanos- y de explosivos y subrayó la ineficacia de las trampas con botellas, algo que ya han constatado en Francia, donde combaten la plaga de avispa asiática desde hace 8 años. "Las más efectivas son las eléctricas que dejan pasar a especies de menor tamaño", destacó.

Por su parte, el rector vigués, Manuel Reigosa, se refirió al "gran interés social y económico" del proyecto y apostó por "fortalecer" las relaciones con Portugal a igual que Alberto Moreira, pro-reitor de la UTAD.

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