El Concello de Bueu y los vecinos de Ons no están dispuestos a dejar la batalla para recuperar el acceso libre a la isla. El resultado de la reunión del jueves en la delegación de la Xunta de Galicia resultó decepcionante para los isleños, tal como expresaron de distintas maneras en la asamblea celebrada ayer en Centro Social do Mar. Fue una reunión de casi dos horas y en la que se notó una menor presencia que en ocasiones anteriores, un signo que algunos empiezan a ver como una quiebra en la unidad vecinal y que vinculan con la concesión de más de 150 carnés de residente. Después de muchos turnos de palabra, momentos de tensión y reproches políticos se acordó intentar buscar los flancos débiles del decreto del Plan Rector de Usos y Gestión (PRUG) de las Illas Atlánticas para intentar forzar cambios en el mismo.
El primer paso para ello será solicitar reuniones con los grupos parlamentarios con representación en el Parlamento de Galicia para explicar la situación y recabar su apoyo para intentar modificar el PRUG. Al mismo tiempo, algunos de los presentes propusieron elevar una queja ante el Valedor do Pobo, incluyendo al mayor número posible de isleños, para que también se pronuncie a este efecto, una propuesta que se ve con buenos ojos desde el Concello de Bueu. Tanto el alcalde, Félix Juncal, como varios de los concejales presentes ayer en la asamblea vecinal defendieron que el PRUG "pode cambiarse e modificarse" e insistieron en que el carné que impone la Consellería de Medio Ambiente para acceder fuera del cupo general de visitantes y los requisitos para poder optar a él no aparecen reflejados en el propio PRUG. "Non hai razóns obxectivas para esa tarxeta. Seguiremos apostando pola vía institucional, pero tamén lle queremos deixar claro á consellería que non comulgamos con rodas de muíño", afirmó ayer Juncal. Desde la corporación se volverá a enviar una petición oficial a la Dirección Xeral de Patrimonio Natural para que su responsable, Belén do Campo, acuda a Bueu para mantener una reunión con los isleños. Aseguraron que el jueves se le invitó a estar presente ayer, aunque declinó la oferta.
Las mejoras que trasladó en la última reunión pasan por ampliar la expedición de la tarjeta de residente a los hermanos y cónyuges de los concesionarios, con lo que quedarían fuera del cupo de 1.300 visitantes diarios, y permitir la reserva de seis plazas diarias por vivienda para personas del círculo afinidad y allegados, aunque estas sí que computarían dentro del tope diario. Una propuesta que ayer se acogió como insuficiente. "O que nos viñeron a dicir é que ou faise co carné ou que se non era só cos que estaban empadronados na illa", afirmó el concejal de ACB, Julio Villanueva. Una de las personas que estuvo presente en esa reunión fue la exconcejala María José Pérez, natural de la isla, que aseguró que se han concedido carnés "a xente que non ten ningunha relación coa illa" y defendió que cuando los vecinos vuelvan a recibir las cartas para tramitar esas tarjetas presenten alegaciones. "Aquí aínda hai moita tela que cortar", afirmó.
Medio Ambiente no aceptó la petición del Concello de acordar una moratoria de un año para ver la evolución de este verano, aunque sí aceptó volver a reunirse después del verano para analizar los resultados y estudiar posibles cambios. Desde la corporación se pidió que valorase la posibilidad de que una sola vivienda pudiese tener varios concesionarios, una medida pensada para los hermanos de los titulares. "Quedaron abertos a estudar esa opción, pero non comprometidos", lamentaban ayer los representantes municipales.
