Poco antes de la una del mediodía de ayer los tres miembros del jurado del Festival Internacional de Curtametraxes de Bueu (FIC) completaban un intenso día y medio de visionado de los 23 cortos que compiten este año en la Sección Internacional. Ahora les quedan días y semanas de reflexión y de conversaciones cruzadas para decidir el palmarés de la duodécima edición del FIC, en la que aseguran que habrá calidad y diversidad tanto de historias como géneros. "Decía un escritor argentino que en los cuentos hay que salir a ganar por nocaut (KO). En el caso de los cortos también, no puedes salir a ganar por puntos. Lo principal es la emoción y la conmoción en poco tiempo", contaba el director y guionista argentino Alejo Flah.
Una opinión que de alguna manera comparten la directora del Festival Internacional de Mediometrajes La Cabina, Sara Mansanet, y uno de los fundadores del Festival de Clermont-Ferrand (Francia), Antoine Lopez, con sus propios matices. "A mí gusta encontrar directores con un lenguaje propio, que cuando vea sus cortos pueda decir es de esta persona o de esta otra. No quiero ver formatos", decía Lopez, que tras más de 40 años vinculado al mundo de los cortos se considera un adicto a este género. "Tiene que golpearte, la historia debe dejarte golpeado y dejarte un poso: aquel plano, aquella mirada... Es muy difícil lograrlo en un tiempo tan breve", añade Mansanet.
Los tres integrantes del jurado tuvieron a su disposición el auditorio del Centro Social do Mar para ver los cortos que el público podrá ver entre el 6 y 14 de septiembre. Sin desvelar el contenido de sus tramas ni de sus futuras deliberaciones avanzaban que la calidad y la emoción están garantizadas. "Es una oportunidad para vivir una experiencia parecida a teletransportarse. En poco tiempo pasas de Islandia a Canada y luego al sur de África. Hay historias únicas", cuenta Antoine Lopez.
Sara Mansanet, que también es responsable del Aula de Cinema e la Universidad de Valencia, anima al público a acercarse al FIC, un festival que ayer admitía que no conocía hasta que recibió la invitación para acudir al jurado. "Me encantó que contasen conmigo. La selección que han realizado es muy interesante y de calidad. Los espectadores van a encontrar un cine que es difícil ver fuera de un festival. Es una oportunidad ver formatos, historias y formas de ver la vida diferentes a lo que habitualmente estamos acostumbrados", destaca.
El formato del cortometraje permite de alguna manera regresar a la esencia y a los orígenes del cine, como recordaba Alejo Flah, también con un punto de humor. "Te da la posibilidad de viajar por todo el mundo en un rato. Y si alguno no te gusta no es grave. ¡Es solo un corto!", decía.
La procedencia de las historias de la Sección Internacional del FIC es de lo más variada: Francia, Holanda, Canadá, Grecia, Noruega, Islandia, Grecia, Libia, Siria, Estados Unidos o la India son algunos de los países representados en esta duodécima edición. Al jurado le tocará decidir el Ánfora de Oro, Ánfora de Plata y los once premios técnicos que configuran el palmarés de esta sección. "Es bueno que los tres seamos personas de formación y orígenes diferentes", decía Sara Mansanet sobre la responsabilidad que ahora tienen. "Un jurado es como la alquimia. Si en lugar de estar nosotros estuviesen otras tres personas seguro que el palmarés sería diferente al que podamos decidir nosotros", concluía Antoine Lopez.
