Xosé Manuel Pazos inició ayer una nueva etapa como titular de la Alcaldía de Cangas acudiendo a su puesto de trabajo como maestro en el colegio de San Roque. Puede resultar paradójico, pero el sueldo del regidor electo vuelve a depender de la Consellería de Educación, al menos mientras no se celebre el pleno para constituir la nueva corporación, que deberá concretar el reparto de áreas, la composición de la Xunta de Goberno y de la Comisión Informativa y también las dedicaciones exclusivas y su importe, la del alcalde entre ellas. La idea de Pazos es agilizar las negociaciones con los grupos de izquierdas que lo apoyaron y formalizar ese trámite plenario el próximo día 28, último viernes de mes, aunque el plazo legal expira a mediados de julio. Hasta entonces, recibirá su sueldo como maestro, pero tendrá que asumir todas las áreas del Concello porque sus competencias aún no están delegadas.

Como un miembro más del equipo docente, Pazos se presentó ayer en el CEIP de San Roque a las nueve y media de la mañana, saludó al director y a otros miembros de la comunidad educativa y firmó la declaración jurada conforme no está vinculado contractualmente al Concello, sino a la Consellería. Fue un mero trámite, que deberá repetir a diario al menos hasta final de curso, este viernes, y que apenas se prolongó media hora porque el director le encomendó hacer unas gestiones ante el Concello y le dio carta blanca para atender a sus obligaciones institucionales.

En el consistorio, las primeras gestiones de su nuevo mandato fueron la supervisión de los trabajos de mejora del pavimento del pabellón de Romarigo, que vuelve a estar operativo, y de finalización de las obras de renovación de servicios y pavimentación de la calle Valentín Losada, en el Casco Vello. El resto de la mañana la pasó firmando documentos y atendiendo peticiones de varias áreas, sobre todo de obras y servicios, que en los últimos cuatro años delegó en la concejala del BNG Mercedes Giráldez. Desde su cese, el viernes, el departamento permanece practicamente inactivo, pues no hay edil ni trabajadores en el despacho, ya sea por vacaciones o por baja laboral.

Pazos reconoce que esta situación "non é a idónea", y menos en vísperas del verano y con mayor volumen de trabajo para organizar la limpieza de playas, las brigadas contra incendios o las contrataciones para reponer las bajas de personal. Con todo, recuerda que hace cuatro años el pleno de investidura se celebró el 13 de junio y él siguió ejerciendo como profesor en San Roque hasta finalizar el curso, para no interferir en su desarrollo. En esta ocasión ya no procede su implicación en cuestiones académicas, porque Pazos no ha participado en el año escolar que está a punto de concluir.

El propósito del presidente de la corporación es iniciar ya los contactos con los grupos de izquierdas que lo apoyaron en su investidura (ACE, PSOE, BNG y Avante!) para definir el reparto de concejalías, que pasarán de 11 a 14 si todos entran. "Haberá tantas áreas como concelleiros entren no goberno", adelanta Pazos, y la "disposición, en teoría, a entrar a traballar", aunque las negociaciones aún están verdes. Él se reservará las competencias en Policía y Protección Civil.

Con respecto a los salarios, también aplaza concretarlo, aunque señala que él no tiene pensado pedir un aumento sino cobrar lo mismo que hasta ahora, en torno a 2.350 euros netos al mes. La cifra coincide con la que le corresponde como maestro y anuncia que renunciará a la aportación municipal cuando empiece a cobrar la jubilación.