Tras su reciente traslado a un nuevo local más amplio, ubicado en la Avenida de Marín, 14 de Cangas, el centro Audiolar continúa ofreciendo los mejores servicios para cuidar la salud auditiva de la mano de la audióloga Carmen Couce y el audioprotesista José Luis Cordeiro.

Ambos profesionales recomiendan hacerse una revisión anual a partir de los 50 años; antes si se percibe algún signo de pérdida de audición.

Esta revisión comienza con una conversación con el paciente, al que se le pregunta qué es lo que nota, si siente molestias o le cuesta seguir las conversaciones. También se comprueba, con un otoscopio digital, que no haya ningún tapón de cera en el oído que pueda estar perjudicando la audición.

Las pruebas posteriores se llevan a cabo en una cabina audiométrica, donde se realizan dos audiometrías tonales, por vía aérea y por vía ósea. En la primera, al paciente se le van transmitiendo a través de unos auriculares diferentes frecuencias, unas más graves y otras más agudas, y tendrá que indicar a los profesionales aquellas que perciba. En la audiometría por vía ósea, se utiliza un pequeño vibrador en el hueso mastoide e igualmente tiene que avisar cuando sienta algún sonido.

Tras comprobar el umbral de molestia, se lleva a cabo una logoaudiometría. "También a través de los auriculares, se le va diciendo a la persona una serie de palabras, primero por un oído y luego por otro, a diferentes intensidades, que ha de repetir", explica Cordeiro.

El audioprotesista finaliza la revisión con una timpanometría, que analiza la respuesta del oído medio.

Tras la revisión, y dependiendo de los resultados, los profesionales del centro auditivo pueden derivar al paciente al otorrino.

Si es necesario el uso de audífonos, la persona será asesorada para encontrar la mejor solución auditiva, que dependerá de su ritmo de vida, edad, etc.