Los vecinos de Paramos volvieron ayer al lugar donde hace un año vieron como 25.000 metros cuadrados de su barrio saltaban por los aires, llevándose por delante, entre el fuego y el miedo, viviendas, vehículos, recuerdos y sueños. "Acababa de pasar el autobús lleno de niños, era un día de semana normal, como otro cualquiera", recordó el presidente de la Asociación Afectados de Paramos-Guillarei a los pies de la "zona cero", minutos antes de que más de trescientas personas asistieran a la ofrenda floral realizada en la vivienda donde Abdelkhalek y Ezzoura, las dos únicas víctimas mortales, perdieron la vida.

Salvador García no pudo evitar emocionarse al recordar a los dos niños que quedaron sin padre por culpa de la catástrofe ocasionada en un almacén de pirotecnia clandestino. "Nos sentimos impotentes por no poder devolverles lo que la explosión les robó", dijo el portavoz de los vecinos de A Torre. Sus palabras fueron traducidas al árabe por el vicepresidente de la Comunidad Islámica Enour de Tui, Noureddine, quien hizo hincapié en la unión de los vecinos tras la tragedia, convirtiéndose "en un solo ser humano". Además, Noureddine también les deseó "feliz cumpleaños" a la gente de Paramos, "porque además del que ya celebrabais antes, hoy hace justo un año volvisteis a nacer". Luego le dio paso al imán, que recitó unos versos del Corán.

Después de un minuto de silencio por el matrimonio Hailas y la ofrenda floral, la conmemoración del aniversario se trasladó a un pequeño parque donde todos los vecinos participaron en la plantación de un roble que "crecerá como recuerdo de lo que aquí sucedió". El acto sirvió para agradecer "la única cosa buena de la catástrofe: la solidaridad". "La gente no dejaba de maravillarnos con sus ideas para recaudar fondos", manifestó el presidente del colectivo formado días después de la explosión porque "pensamos que podíamos ser útiles para nuestros vecinos".

Tan imprescindibles han sido los miembros de la Asociación para que el barrio de A Torre ya no sea un amasijo de escombros que, varios de los afectados tomaron la palabra en el acto de ayer para agradecer a Salvador, Lupe, Pablo, Rubén, Lano, Estefanía, Isidro, Lucía, Luisa, Merchi, Shaila, Óscar y César el trabajo incansable realizado cuando el resto de vecinos se sentían "perdidos y desorientados".

"Tenemos un nuevo cumpleaños, vamos a aprovecharlo", dijo Lupe Pérez a los vecinos que en la tarde de ayer vieron aquel fatídico 23 de mayo de 2018 un poquito más lejos y, su barrio de A Torre recuperado, un poquito más cerca. Aunque todavía queda mucho por hacer. "No pararemos hasta que se coloque la última piedra", prometió el presidente de la Asociación.