Un extraño e inquietante incidente se produjo la semana pasada en A Madalena y alteró sobremanera a los vecinos de esta zona y también a los de O Castelo. Una furgoneta azul recorría la parte baja de A Madalena. De noche, cuando la jornada laboral en un conocido establecimiento de la zona estaba tocando a su fin, un hombre, que describieron después como corpulento, se acercó al local con un papel en la mano para preguntar una dirección. En cuanto se acercó el hombre, otros dos muy corpulentos salieron de la mencionada furgoneta. La empleada que estaba en el interior del establecimiento empezó a gritar, lo que provocó la huida de los sospechosos. Los propietarios del establecimiento de A Madalena pusieron en conocimiento de la Guardia Civil este incidente.

Pero no fue el único caso. En la zona de O Castelo, un vecino de la localidad, tuvo un encuentro similar cuando entraba en su domicilio. Se le acercó la misma persona con un papel como si fuera a preguntarle por una dirección. De repente, el hombre vio como otras dos personas salían de la furgoneta azul. Al verlos, asustado, arrancó el coche un no paró. Según testigos, la matrícula del vehículo es portuguesa y ellos hablaban con acento extranjero.

Durante esa semana hubo miedo en el barrio. Lo que había sido un rumor fue confirmado después por testigos y sembró la alarma entre la población de la zona, sobre todo en la gente mayor que vive sola.

La Policía Local de Cangas está convencida de que se trata de personas de ascendencia rumana que se dedican a la chatarra y que tienen su sede de operaciones en la ciudad portuguesa de Braga. No tiene constancia de lo sucedido en A Madalena, pero sí lo sucedido en otros municipios donde, aprovechando la excusa de la chatarra, robaban en las viviendas. Pero no se consideran peligrosos.

Sin embargo, quienes vivieron la experiencia de la semana pasada en A Madalena afirman que su comportamiento y vestimenta no coincide con el de personas que se dedican a la chatarra y que su actitud no aparentaba pacífica.