Las obras de construcción del último tramo de la autovía de O Morrazo, que todavía no tienen fecha de finalización, siguen ocasionando cambios en los accesos al Corredor debido a la construcción de los nuevos ramales. El ramal de salida a la PO-313 en Broullón para los vehículos que proceden de Vigo lleva varias semanas cortado, obligando a los conductores a dar la vuelta en la bajada a Cangas. Esto seguirá igual pese a que el nuevo ramal de salida ya está acabado. Y es que desde primera hora de la tarde de ayer, este ramal quedó abierto al tráfico pero temporalmente servirá para la incorporación al Corredor desde la propia PO-313 en dirección a Cangas.

La razón de que este carril tenga durante varias semanas -hasta el final de la obra- este sentido ascendente en vez del descendente que tendrá tras la inauguración, se debe a que es necesario rehacer el ramal habitual de incorporación en dirección a Cangas para adaptarlo al ancho de cuatro carriles de la autovía.

Desde la Consellería de Infraestruturas y la empresa constructora del subtramo -la UTE integrada por Covsa y Taboada y Ramos- aseguran que adoptan esta nueva configuración temporal y alternativa para minimizar las molestias, evitando así que queden totalmente cortadas las incorporaciones al Corredor hacia Cangas.

La nueva configuración se corresponde con la segunda fase del documento de desvíos elaborado por la constructora a mediados de marzo. En estos accesos al Corredor ya no debería haber más desvíos hasta el final de las obras.

Desde hacía meses la intención de la Xunta era inaugurar el último tramo de la autovía en el presente mes de mayo, sin embargo, retrasos ocasionados por los temporales entre otras causas mantienen la finalización sin fecha. Los operarios aceleran las tareas para poder abrir los nuevos carriles antes del comienzo oficial del verano. Ayer mismo estaban acometiendo el pintado del paso elevado de metal.