El presidente de la Asociación Memoria Histórica 28 de Agosto de Cangas, Camilo Camaño, fue uno de los impulsoras de la retirada de estos vestigios franquistas. Asegura que el 6 de mayo es una fecha para recordar, "primeiro polo que significa a retirada desta simboloxía nun elemento patrimonial tan importante e que debido a isto padecía sempre atentados de pintadas e insultos; e por outro ver cumprido o desexo. Non so responde ó cumprimento da lexislación porque non podemos facer so uso da Constitución para o que nos conveña; hai que facer uso para o seu conxunto". Insiste en que si no se era capaz de poner en valor sus principios "mal estamos", destacando que en otros lugares se hizo en colaboración con la autoridades eclesiásticas y aquí no se entendía por qué no se producía. Camaño elaboró el informe solicitado por el Concello para esta retirada, en el que reflejó que este vestigio contribuía a mantener vivo el rencor entre bandos y que retirarlo ayudaba a la protección patrimonial del templo.