Perdió una batalla, pero no la sonrisa, que mantuvo hasta el final. Tampoco la guerra contra esta enfermedad degenerativa, pues deja como herencia una incansable labor de sensibilización social contra la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y un cuerpo que ha donado a la ciencia para que estudie los vericuetos de la dolencia y logre soluciones en el futuro. Fue la última muestra de la solidaridad y generosidad de Agustín "Tino" Guimeráns, que falleció ayer a la edad de 62 años en un hospital de Vigo después de casi una década de resistencia. El sábado, día previsto para la celebración de la V Gala Solidaria de Agaela -que ha quedado suspendida- serán los actos de despedida, con una misa en la excolegiata de Cangas fijada para las seis de la tarde. Por decisión familiar, no habrá velatorio y los restos mortales que no necesiten los investigadores serán incinerados.

En los últimos meses, la enfermedad ya le impedía hablar, e incluso tenía dificultades para respirar -hace un año se sometió a una traqueotomía-, pero "Tino" nunca perdió la sonrisa y las ganas de conseguir avances en la investigación de la ELA, que le fue detectada tras jubilarse como marinero de altura. Ya como afectado, fundó la asociación gallega de afectados por la esclerosis lateral amiotrófica (Agaela), y a través del colectivo, con la compañía inseparable de su hermana Pilar y de su mujer e hijos, se organizaron campañas de recaudación de fondos para la investigación. "Móllate pola ELA", caminatas por la costa, rutas en bicicleta o travesías a nado fueron algunas de las iniciativas para poner el foco social y mediático en la necesidad de trabajar juntos en la búsqueda de soluciones, porque el desconocimiento es la mayor amenaza. "Investigación=solución", proclamaba.

Desde el primer momento que le diagnosticaron ELA, cuando faenaba en Argentina, no ha parado de moverse para recaudar fondos para la investigación que pueda combatirla y para ayudar a otras familias a través de Agaela, que a su vez está en permanente contacto con organizaciones como Redela o la Fundación del economista Francisco Luzón que destinan fondos a la investigación. Pero no solo se preocupó y ocupó de combatir los efectos de la enfermedad que padecía. Tino Guimeráns estaba en todas aquellas actividades solidarias en las que había algo que aportar, como los de la Asociación de Diagnosticad@s de Cáncer de Mama (Adicam) apoyando su lucha como ellas también la suya.

Sus allegados sienten el vacío que deja la muerte, pero también el consuelo de que su labor no ha sido en balde y la esperanza de que, en la sonrisa que ayer apagó la enfermedad, brota la esperanza en la lucha contra la ELA.