Una manga marina atravesó la isla Samertolaméu, en Meira, municipio de Moaña, levantando tejados, derribando árboles y tendido eléctrico y telefónico como hace años que no se veía en la zona. Meira es zona propicia para este tipo fenómenos meteorológicos. Ya en 1999, otra manga marina hacía estragos en la zona de O Pombal y hace 50 años también entraba con virulencia en la isla, como recordaban ayer vecinos del lugar. La manga marina levantó de cuajo un árbol centenario de gran tamaño en la zona de A Xunqueira y derribó la antena de telefonía, de entre 3 y 4 metros, que la compañía Moviestar tiene ubicada en lo alto del edificio que alberga la Sociedad Deportiva Sanmertolameu (club de remo), dañando seriamente la cubierta, hasta el punto que varias tejas volaron hasta precipitarse contra algunos vehículos aparcados en la zona. También levantó una parte del tejado de la lonja de Meira y se llevó por delante la cubierta de la antigua cafetería Portobelo, en medio de un remolino de portales arrancados y ramas de árboles encima de casas.

Según varios testimonios, la manga marina (si se forma en tierra es tornado) entró por la ría de Vigo a eso de las 15, 50 horas "como un remolino neghro e moito ghaniso" pasó por la playa y entró en la isla con una intensidad de viento tal que los habitantes que estaban a cubierto cerraron lo más de prisa que pudieron puertas y ventanas. "O ruido era moito e pasei moito medo, aínda que non durou moito", comenta una vecina a la que una rama de un árbol le cayó encima de su casa. Según testigos, llegaba con dirección Nordeste y continuó en la misma hasta salir por el astillero Altovic, donde levantó láminas de la nave principal. Hubo suerte y no tocó la marina seca, donde pudo realizar un verdadero estropicio por la disposición en la que estaban los barcos alineados. Pero por alguna extraña razón, al tocar la manga en el edificio de la lonja, se fue hacia arriba para golpear con fuerza el inmueble de Portobelo y asaltar el atrio de la capilla de Samertolaméu, donde arrancó ramas de los árboles centenarios, que fueron a parar a encima de casas y de tendidos telefónicos que cruzan la zona.

No había datos oficiales ayer respecto a la manga marina. Se desconocía la velocidad del viento y los litros de lluvia por metro cuadrado que cayeron en ese momento sobre la isla de Samertolaméu. Fue a la misma hora en la que la comarca de O Morrazo se veía sacudida por una gran tromba de agua y una tormenta con fuerte aparato eléctrico. En Meteogalicia aseguran que se daban las circunstancias para que este tipo de fenómenos meteorológicos tengan lugar: aire frío en las capas altas de la atmósfera mezclada con aparato eléctrico.

Aunque fueron muchos los que poco a poco acudieron a la isla, nadie de los que llegaron recogieron pruebas gráficas de la manga. "¡Quen iba a salir con granizo que caía!" . Uno de los primeros en llegar fue el presidente de la Sociedad Deportiva Samertolaméu, Lisardo Pérez Villaverde, que hacía recuento. "Me llamaron por teléfono por el riesgo de la antena que había caído sobre el tejado. Hay daños en la cubierta, ventanas bajo techo volando, daños en el portal y varios coches golpeados por una de las uralitas que cayó del tejado del edificio de Portobelo".

La alcaldesa de Moaña, Leticia Santos, llegó con urgencia a Samertolameu. Inspeccionó de primera mano los daños y lidió con algún vecino quejoso por el hecho de que el Concello de Moaña no hubiera obligado a la Iglesia a talar las ramas de los árboles centenarios que hay en el atrio de la capilla, alguna de cuales cayeron sobre las casas. José Manuel Martínez manifestaba su enojo con la situación moviéndose de un lado a otro del atrio de la iglesia y hablando de forma airada con la alcaldesa. "No pasou nada, pero puido pasar. Ahí está a rama, encima da miña casa", se lamentaba.

La regidora local Leticia Santos se puso en contacto con la empresa Moviestar para que acudiera lo más pronto posible a levantar la antena del tejado del la Sociedad Deportiva Sametolaméu y también mandó a operarios municipales que acudieran al atrio de la capilla para que retiraran las ramas que había encima de la casa de José Manuel Martínez y también del tendido telefónico. No tardaron en llegar los trabajadores municipales que procedieron con una grúa a realizar la retirada de las ramas. También se procedió a vallar los alrededores del club de remo por si con el viento aún soplando con fuerza, se seguían desprendiendo tejas.