Con cierto suspense por el recorrido y por la meteorología, pero al final Cangas pudo abrir ayer las procesiones de su Semana Santa con la marcha solemne que acompaña a la imagen de la Soledad de María. Se trata de un paso especial, con una emotividad diferente debido a que está compuesto íntegramente por mujeres. 16 costaleras, 19 penintentes, una docena de niñas del tercio infantil de la Hermandad de los Dolores y la guía, a las que había que sumar las mujeres que llevaban la cruz procesional, los cirios, el estandarte y las directivas.

Esta procesión está organizada por la Hermandad de los Dolores y la Soledad y desfila con la imagen más antigua de esta cofradía, una talla de autor anónimo y cuya cronología es anterior al año 1748. Las obras que se realizan en el casco histórico obligaron inicialmente a cambiar el trazado. A primera hora de la mañana desde el Concello de Cangas se comunicó a la hermandad que la marcha no podía cruzar la calle Valentín Losada, lo que forzó a diseñar un itinerario alternativo. Sin embargo, poco antes del inicio de la misa se confirmó que finalmente se había preparado la intersección entre las calles Benigno Soage y Valentín Losada para que la procesión pudiese mantener su recorrido original.

Una de las novedades de este año es que se recuperó la figura de la guía, una mujer que encabeza la marcha delante de la imagen de la Soledad de María y dirige a las costaleras. Esta procesión se caracteriza por el silencio que la envuelve. "Es una marcha que refleja y transmite el dolor de una madre al quedarse sola, al quedarse sin su hijo. Por eso las costaleras y el resto de personas que desfilan son mujeres", explican algunas de las participantes.

Ese silencio fue respetado de manera unánime, solo roto por el sonido de las forquetas de las costaleras. El sonido del silencio aún resultaba más patente con otra de las decisiones implementadas este año: la Soledad de María desfiló sin música, sin el habitual acompañamiento de la Banda de Tambores y Cornetas de Cangas.

La marcha por las "calles de arriba" del municipio culmina con la llegada al Eirado do Señal, donde se produce uno de los momentos más llamativos de esta marcha procesional: la primera "levantada". Las 16 costaleras que portan el paso de la Soledad de María lo elevan por encima de sus hombros y cabezas, una maniobra que dura entre diez y quince segundos.

La comitiva a continuación enfiló por el paseo de Eugenio Sequeiros, donde la lluvia obligó a detener momentáneamente la marcha. Fue necesario bajar la imagen y protegerla con un plástico, tras lo cual se aceleró brevemente el paso. Al subir por la calle Real la precipitación ya había cesado, por lo que la procesión volvió a pararse unos instantes, esta vez para quitar el plástico protector. De esta manera las costaleras pudieron realizar la segunda "levantada" en el atrio de la iglesia, antes de que la imagen se recogiese después de una hora de procesión.

Aquí hubo lugar para otra novedad: antes de proceder a alzar la Soledad de María la guía realizó una dedicatoria especial, en forma de recuerdo a todas las mujeres que quisieron llevar la imagen de la Virgen pero no pudieron hacerlo y a aquellas que después de llevarla tuvieron que dejarlo por motivos de salud.

La Semana Santa de Cangas vive hoy uno de sus momentos cumbre: la procesión de la Santa Cena. A las 18.00 horas comenzará la misa y los cultos del Jueves Santo en la excolegiata y alrededor de las 20.00 horas saldrá la procesión.