El retraso en el pago de las expropiaciones por la construcción del tercer y último tramo de conversión del Corredor do Morrazo (CG-4.1) en la autovía AG-46, entre Moaña y Cangas, está causando mucho malestar entre los afectados, mayoritariamente de Moaña. Quieren que el pago se realice antes de que concluyan los trabajos, previstos para finales de mayo o principios de junio, y que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo acuda a Moaña con el anuncio de se liquidarán los importentes pendientes. No se trata de cantidades importantes, ya que hay afectados con deudas de 500, 300 o algo más de 1.000 euros, pero los afectados quieren que se cumpla con los pagos ya que esperan desde hace casi dos años, cuando comenzaron las obras.

El problema del impago no es, por lo tanto, por la cantidad del importe a abonar, sino porque la empresa que se encargaba del mismo, Estudios del Noroste, entró en liquidación al estallar la crisis económica, y los pagos quedaron bloqueados. Desde la Consellería de Infraestructuras aseguran que cuando la empresa entró en liquidación, le cedió el contrato a otra, pero ante la tardanza en resolver este asunto y a raíz de las primeras quejas vecinales en agosto pasado, en la propia consellería estaban viendo cómo se puede "reactivar de inmediato" este asunto. Una de la posibilidades es que la propia consellería se haga cargo de la tramitación.

En el proyecto de actuación de este tercer tramo de conversión del corredor en autovía, de casi 4 kilómetros, entre los puntos kilométricos 7+300 a 11+150, el número de fincas a expropiar era de 88, por un importe total de 76.545 euros. Además de las expropiaciones en sí, valoradas en 48.489 euros; dentro de los pagos se incluían fincas afectadas por servidumbre, con un importe de 814 euros; otras por ocupación temporal, con un importe de 11.840 euros; bienes afectados, con la suma de 11.840 y por afección del 5%, 3.645 euros.

En relación al volumen de la obra, con un presupuesto de 18,4 millones de euros, el importe de las expropiaciones suponen un mínimo pago, teniendo en cuenta también que con el primer proyecto del corredor, en 2015, ya se habían expropiado muchas fincas ante la previsión de desdoblar en un futuro. De todas formas hicieron falta acometer otras pocas más de expropiaciones y ocupaciones para la obra que en este tramo incluyó la construcción de un vial alternativo en Meixueiro por donde se desvió el tráfico para evitar cortes mientras había que realizar voladuras con dinamita de los desmontes.

En estos momentos, los trabajos de construcción de la autovía están centrados en la ampliación de los enlaces de Meira y de Broullón y en el acondicionamiento de los nuevos carriles de ampliación. La intención de la Xunta era poder abrir este tercer y último tramo de la primera fase de la autovía en el mes de mayo,si bien el derrumbe de un talud en la salida del corredor a Cangas, ya fuera del tramo en obras, obligó a replantearse esta fecha y barajar la posibilidad de retrasarla algo, a principios de junio, aunque no hay todavía una fecha confirmada.

El enlace afectado sigue cerrado y con trabajos de apuntalamiento con dos grúas para perforar y meter los cables que ayudan a sostener el talud. Desde la Consellería de Infraestructuras aseguran que estos trabajos van en plazo para terminar antes de que se ponga en servicio la autovía. El pasado 9 de abril estaba ejecutado en un 40% y ahora se trabaja a un mayor ritmo para poder cumplir con la reapertura en mayo y asi poder abrir también la autovía acto seguido.