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Aquel primer cierre de la rúa San José

La peatonalización provisional de esta calle hace 35 ños generó mucha polémica

Una furgoneta de reparto arrancó un balcón de piedra en la rúa San José en 1984. // Vídeo de Víctor Rodríguez

"La rúa San José de nuevo podría reabrirse al tráfico rodado", titulaba FARO DE VIGO en su edición del 21 de noviembre de 1984. Se cumplía un mes de los tres de prueba acordados por la denominada Comisión Municipal Permanente del Concello de Cangas, y la calle se reabría debido a las quejas que motivó entre los vecinos por el rodeo de varios kilómetros que tenían que realizar para llegar a sus viviendas.

El cierre provisional durante tres meses lo había acordado el Concello accediendo a la petición de un grupo de residentes en la parte baja del vial, debido a la peligrosidad que suponía la circulación de los vehículos en un vial tan estrecho y sin posibilidad de aceras. El fotógrafo cangués Víctor Rodríguez, con su cámara de vídeo y con Manuel Camiña, actual presidente del Balonmano de Cangas, haciendo la función de reportero para un informativo local que se denominaba "O Palique", recogían en una grabación, la polémica surgida en torno a la peatonalización de la rúa. La película forma parte del archivo que guarda Víctor Rodríguez y que mostró recientemente en una exposición en Cangas bajoel título "A memoria do pobo".

En el vídeo, Camiña entrevista a pie de calle a las vecinas Josefa Alonso, Dolores García y Olga Asorey, partidarias de cerrar la calle al tráfico rodado. "Tan pronto pones un pie fuera de casa, nos coge un coche", aseguraba una de ellas, mientras que reconocían que "esto es vivir en un infierno". Se qejaban de la excesiva velocidad en la que circulaban los vehículos por esta calle, que se estaba utilizando como una carretera general para IR hacia Bueu o hacia Pontevedra y como ejemplo, relataban que en una coasión, intentaron coger la matrícula de un coche, pero iba a tanta velociad que ni la gente que estaba en la barbería pudo ser capaz: "Esta es una calle de peatones, no de coches, es un callejón", añadían.

Una de ellas además era afectada porque los vehículos de mercancías ya habían tirado parte del balcón de piedra de su vivienda, en tres ocasiones, y que el arreglo lotenía que sufragar de su bolsillo, porque los seguros no se responsabilizaban.

El marido de una de las vecinas entraba también en converación y pedía que se pensara en el bienestar de todo un pueblo, no de cuatro vecinos que se quejaban del cierre. Decía que si la queja era porque no puede llegar la mercancía, que también hubieran hecho lo mismo cuando se peatonalizó la parte baja de la calle Real por donde él recordaba que pasaba, incluso el autobús de línea.

En aquel informativo de "O Palique" de hace 35 años, Camiña entrevistaba al concejal de Tráfico de entonces, Alejandro López, en el gobierno de Lois Pena, que aseguraba que el cierre por tres meses de la calle fue respondiendo a la petición de vecinos, que alertaban del peligro del tráfico. Sin embargo, reconocía que la medida fue muy contestada por otros vecinos perjudicados en sus quehaceres comerciales o para ir a sus lugares de residencia. Por eso que la decisión volvió a la Comisión Permanete y el cierre quedó sin efecto. El concejal en la oposición Celso Moreira, explicaba también la postura de su grupo que se abstuvo a la hora de cerrar la calle. Afirmaba que se llevó a cabo sin valorar las consecuencias posteriores.

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