Cuando se vuelve a hablar de recesión, cuando el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebaja la previsión de crecimiento para España y cuando en el ambiente se palpa otra crisis, los datos de hipotecas constituidas en O Morrazo en 2018 muestran que hubo un ligero repunte, que vuelve a estar amenazado. El pasado año se cerró con 362 hipotecas constituidas por un importe de 30.189.222, 20 euros, cuando en 2017 la cifra había sido de 284 hipotecas constituidas por un importe de 25.417.774 euros. Los datos de 2018 nos sitúan en cifras de 2015, cuando los morracenses destinaron 31 millones de euros a hipotecas. El año 2017 se había cerrado con 274 hipotecas por un importe de 25.417.774 euros, cifras inferiores a las de 2016, con 368 constituidas que obligaron a los vecinos de O Morrazo a desprenderse de 29.283,127 euros.

El año 2018 se cerró con 308 embargos, 157 practicados por la administración a través de la Tesorería General de la Seguridad Social y la Agencia Tributaria y 21 embargos judiciales; cuando 2017 cerró con 47 embargos judiciales y 137 realizados por la administración, para alcanzar la cifra total de 298, al añadir los que la estadística del Registro de la Propiedad denomina embargos por otras causas. Aquí es conveniente recordar que en 2014 se habían practicado nada más y nada menos que 426 embargos, cifra que delataba la situación económica que se vivía.

En el año 2017 había un dato que nos alejaba de la crisis: se habían cancelado 527 hipotecas por un importe de 36.701.535 euros. En 2018, las hipotecas canceladas fueron 445 y el importe de 44.649.011, 20 euros. Hay que recordar que en 2012 las hipotecas descendieron a la mitad con respecto a 2011, aunque en 2013 volvieron a descender bruscamente. De las 567 que se registraron en 2012, por un importe de 86.652.263 euros, se pasó en 2013 a 281 por la cantidad de 23.151.o99 euros, cifra tres veces menos de la de 2012.

En la última década, las hipotecas canceladas siempre superaron a las constituidas, tanto en número como en importe. Son cifras impensables para antes de la crisis. En el año anterior al que comenzó oficialmente la crisis, en 2008, las hipoteca constituidas era de 2.291 constituidas frente a las 590 canceladas. En el año 2008 los morracenses se habían empedo en 200 millones de euros, muy lejos de los casi 30 millones de euros de 2018.

Otro indicador económico es el de las enajenaciones. Sus constantes permiten saber la salud del mercado inmobiliario, porque a través de ellas se detectan compras, ventas y donaciones de inmuebles. En el año 2017, el Registro de la Propiedad de Cangas contabilizó 29 fincas rústicas enajenadas por un importe de 1.183 euros, frente a las 264 fincas urbanas enajenadas por un valor de 16.714.357 euros. Sin embargo, el pasado año se enajenaron 58 fincas rústicas, por un importe de 1.151.628,58 euros y 427 fincas urbanas, por un valor de 27.564.734,52 euros. En las enajenaciones siempre hablamos de fincas por actos de última voluntad.

Construcción parada

La construcción en O Morrazo sigue en horas bajas. Se venden pisos de segunda mano y se recurre cada vez más a los alquileres, en vez de a acudir a la hipoteca a la que tanto nos habíamos acostumbrado. Eso se refleja también en la pocas licencias que los concellos de la comarca conceden para obra nueva. La mayoría son de obras menores o para reformas, donde se hace hincapié en las viviendas unifamiliares. Los bancos siguen procurando deshacerse de sus stocks que se venden a través del denominado banco malo o Sareb (Sociedad de activos procedentes de la Reestructuración Bancaria).

Por su parte, en los juzgados de Cangas se sigue viviendo la lucha de la cláusula suelo, que en la mayoría de los casos la ganan los propietarios, obligando a los bancos a retirarla y devolver el dinero cobrado a los compradores de la vivienda. Pero es algo que se mueve de forma lenta.