El primer episodio de toxina del año 2019 continúa su avance en las aguas de la comarca de O Morrazo, donde en estos momentos solo hay dos polígonos mejilloneros abiertos y ambos en Moaña. El Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) decretó ayer el cierre del Cangas D, que agrupa un centenar de viveros flotantes en la costa de la parroquia de Meira. De esta manera los que todavía continúan activos son el Cangas C, en Tirán, y el Cangas D, un pequeño polígono situado en Domaio. Las zonas de producción de la bocana de la ría de Vigo están cerradas desde principios de mes, al igual que toda la ría de Pontevedra.

Los primeros cierres en la comarca comenzaron el 1 de marzo, cuando el Intecmar ordenó el cierre de uno de los polígonos mejilloneros de Bueu y dos en Comabarro. "Desde principios de febreiro xa intuía porque empezou a subir o nivel de toxina en auga", explican bateeiros de Bueu. Así, el día 4 de marzo cerraban el resto de parques mejilloneros de Bueu y Combarro, el 5 eran las bateas de Barra y Liméns en la ría de Vigo, el 8 le tocaba el turno a Areamilla y a una de las zonas de producción de Aldán, el 12 al segundo polígono de Aldán y ayer la cadena de cierres afectó a Moaña.

Esta situación se puede considerar normal a estas alturas del año, puesto que se corresponde con proceso natural vinculado al afloramiento de toxinas en primavera. "É o habitual nesta época, é algo cíclico. O único que podemos pedir é que non sexa moi duro", señalan bateeiros de Bueu. La esperanza del sector, sobre todo en la ría de Pontevedra, es que las toxinas tengan un comportamiento similar al de 2018. "Foi un ano bo, tanto pola calidade do mexillón como polas aperturas", insisten. Por segundo año consecutivo la conocida como marea roja permitió trabajar durante algunas semanas del verano, parte del otoño y, sobre todo, durante la campaña de navidad.

No obstante, el comportamiento de la toxina resulta del todo impredecible. Desde el sector recuerdan que habitualmente se considera que el régimen de vientos del norte y aguas más frías son favorables a una menor presencia de toxina, "pero o verán pasado o auga estivo a 22º grados e puidemos traballar". Las analíticas del Intecmar detectan por ahora presencia significativa tanto de toxinas lipofílicas como paralizante, lo que hace prever que el actual cierre podría prolongarse hasta mayo o bien entrado junio. "Agora é un momento de acabar o desdoble das cordas para o ano que vén e de ir a cría ou mexilla", señalan desde Bueu.

Desde el muelle de Domaio, los propietarios de bateas explican que en estos momentos el mejillón que produce no tiene mucha carne y no existe una alta demanda en el mercado. "Agora estamos recollendo semente ou desdobrando o mexillón, máis que poñendo produto no mercado". Por lo tanto, el primer cierre del año no les afecta mucho. Eso sí, esperan que el episodio de toxina no se prolongue más allá de un mes, pues será entonces, ya en un momento avanzado de la primavera, cuando el bivalvo alcance un mejor tamaño y aumente la demanda.

De todas formas, en Moaña la campaña más fuerte suele comenzar en septiembre, cuando arrancan las exportaciones al mercado extranjero.