Sigue el dolor y la angustia en el seno de la familia de Pilar Martínez Docampo, la canguesa de 32 años que el pasado domingo falleció en el accidente aéreo de Etiopía en el que murieron sus 157 viajeros (149 pasajeros y 8 tripulantes), y también en el seno de la familia de su novio, igualmente de Cangas, que tenía previsto regresar a la localidad desde Londres, donde ambos vivían.

Desde la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Exteriores de España en Etiopía, ayer confirmaban que "la Embajada de España en Addis Abeba está en contacto con las familias de los fallecidos así como con las autoridades etíopes y la compañía aérea" y que con respecto a la repatriación de los cadáveres "las tareas de identificación no han concluido todavía y podrían prolongarse en el tiempo".

Un familiar de Pilar Martínez se reunió ayer con el alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos, para agradecer el apoyo institucional en tan duros momentos. El regidor le hizo entrega de pésames que habían llegado al correo eléctrico del Concello, como uno procedente de un medio de comunicación de Nueva York. Ninguna de las dos familias afectadas por la desgracia quisieron ayer realizar manifestaciones.

Mientras tanto, las dos 'cajas negras' del avión Boeing 737 MAX 8 de Ethiopian Airlines en el que viajaba Pilar Martínez y que se estrelló seis minutos después de despegar de Adís Abeba, ya están en París, según informa Reuters, y pasarán a estar bajo custodia de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA, por sus siglas en francés), el organismo encargado de las investigaciones aeronáuticas en este país.

Un portavoz de la BEA ha confirmado que la agencia iba a recibir el Registrador Digital de Datos de Vuelo (DFDR) y la Grabadora de Voces en Cabina (CVR), las dos 'cajas negras' con información sobre lo sucedido en los últimos minutos del vuelo ET302.

Los datos que aporten estas dos 'cajas negras' serán fundamentales para saber qué llevó al avión Boeing 737 MAX 8 a estrellarse el domingo. El avión tenía destino a nairobi, en Kenia, en donde la vecina canguesa iba a desarrollar una actividad como cooperante durante unos días, impartiendo clases de inglés a niños pequeños.

Tras el accidente, decenas de países y aerolíneas decidieron suspender los vuelos con el modelo Boeing 737 MAX 8 como medida de precaución a la espera de que concluya la investigación.

Ayer por la mañana, familiares de los pasajeros del vuelo ET302 de Ethiopian Airlines acudieron al lugar del siniestro áereo del domingo, situado a unos 60 kilómetros de Adís Abeba. "Hemos visto donde murieron y hemos tocado la tierra", manifestó, según unteletipo de Reuters, Sultan al Mutairi, un hombre llegado desde Riad (Arabia Saudí) para recuperar los restos de su hermano, Saad, que dirigía una agencia de contratación y que murió en el siniestro aéreo.