La noticia del triste fallecimiento de Pilar Martínez Docampo corrió como la pólvora ayer por la mañana entre los vecinos de Cangas, aunque los primeros rumores habían llegado la misma tarde del domingo. Protagonizó las conversaciones, sobre todo, entre aquellos con los que compartía generación y que la recuerdan de sus años escolares, antes de la aventura personal que estaba viviendo en el Reino Unido. Las reacciones en las redes sociales no dejan lugar a dudas del aprecio y el gran recuerdo que guardan de ella todos los que la conocieron.

Nacida en 1986, la joven cooperante cursó sus primeros años de estudio en el colegio Sagrada Familia de Aldán, en donde trabó sus primeras amistades con niños de esta parroquia. Quienes compartieron aula con ella la recuerdan como una de las líderes de clase desde muy pequeña, aunque no solía meterse en líos y era bastante aplicada. Estudió en el centro Sagrada Familia todo Primaria y ESO. El Bachillerato lo haría ya en el instituto María Soliño de Cangas, para entonces los compañeros ya hablan de un carácter algo más tímido, pero muy habladora cuando tenía confianza.

Su futuro amor por los viajes se despertó muy pronto, pues un recuerdo que sus excompañeros guardan de su niñez es que muy pronto se aprendió los nombres de todas las capitales del mundo.

Profesores que la tuvieron ya en la etapa de salto a la edad adulta la recuerdan perfectamente y aluden también a su carácter más reservado en estos años, lo que no le impedía cultivar muchas amistades. Ayer trataban de asumir la pérdida tras descubrir la identidad de la fallecida por las fotos que recibían de las redes sociales.

Los que compartieron clase con ella en el Bachillerato de Ciencias de la Salud describen a una compañera bastante aplicada a los estudios y sobre todo recuerdan cómo ayudaba a aquellos que necesitaban una mano en determinadas materias. "Desde que me enteré estoy muy fastidiado. Tardé en darme cuenta de que era ella la fallecida. La verdad es que le perdí la pista en cuanto dejamos el instituto", explicaba durante la tarde de ayer uno de sus compañeros.

Otro estudiante reitera su gran trato con el resto de compañeros. "Era moi boa xente. Sempre axudaba aos compañeiros", indica sobre "Pili", como inequívocamente la llamaban todos aquellos que la conocían. Es quizás esa temprana vocación por la ayuda a los demás la que le llevó a dar el paso para cooperar con los más desfavorecidos y la que le llevó a coger el Boeing 737 que se estrelló en Etiopía camino de Nairobi.

Su familia declinó ayer hacer declaraciones sobre la fallecida, debido al dolor que estaba padeciendo ante la repentina y dramática noticia.

Muy activa en las redes sociales, Pilar Martínez era amante de los viajes, que solía realizar con su pareja. Pero sin duda era esta visita a Kenia, en la que iba impartir clases de inglés a niños a través de una Organización No Gubernamental (ONG), el que debía ser una de sus mayores experiencias vitales.

Y es que sus referencias al viaje comenzaron ya el 31 de diciembre, cuando escribió, en español e inglés: "Me deseo un año de viajes exóticos, de experimentación y de superación. ¡Es hora de hacer que los sueños se hagan realidad!".

Poco a poco fue compartiendo con sus amigos sus preparativos para la que sería su primera visita a África, aunque esperaba al menos realizar una segunda poco después. A comienzos de febrero visitó su Cangas natal y el 19 del mismo mes escribió: "¡Vacunas puestas! ¡Ya queda menos para cumplir sueños!", desvelando las tremendas ilusiones que tenían puestas en su etapa como cooperante.

Unos días después, el 24 de febrero, compartió con sus amigos en las redes sociales su impaciencia por el viaje: "Ya queda menos... Empezando la cuenta atrás".

Desde el sábado 9 de marzo intensificó su actividad en redes sociales. A las 17.25 horas compartió su ubicación desde la Terminal 2 del aeropuerto de Heathrow, en donde aguardaba por la salida de su primer vuelo.

A las 20.23 horas anunció a quienes la conocían y apreciaban que partía para el que podría ser el gran viaje de su vida: "Embarcando...", escribió en su perfil de Facebook.

Su última interacción fue compartiendo su ubicación en el Aeropuerto Internacional Bole, que sirve a la ciudad de Adís Abeba, la capital etíope. Fueron las últimas noticias que tuvieron de ella sus familiares y amigos antes de conocer la tragedia.

Muy preocupada por los problemas del medio ambiente y por las desigualdades, como dejaba constancia en sus redes sociales siempre que podía, sus excompañeros se quedarán siempre con esas ganas de ayudar a los demás.