Moaña se despidió ayer por todo lo alto de su semana de desenfreno. El Entroido 2019 pasó a mejor alrededor de las 21.00 horas, mientras la Sardiña que encabezó el multitudinario desfile por el centro ardía sobre el mar, seguida de un espectáculo pirotécnico.

Pese a la amenaza constante de lluvia e incluso a las pocas gotas que hicieron presencia, las ganas por despedir el carnaval fueron más fuertes para una multitud de vecinos que, armados con disfraces, tomaron las calles.

Pasadas las 17.30 horas partía desde la rotonda del Portal do Almacén el desfile. Decenas de grupos de amigos y familias recorrieron la calle Ramón Cabanillas con carrozas para las que echaron mano de remolques, furgonetas e incluso tractores de gran tamaño. Bajo el nombre "Tempo do Carallo", por ejemplo, varias personas se disfrazaron de relojes. Otro grupo de amigos armó su remolque con una parrilla para asar churrasco mientras desfilaba al ritmo de música disco.

Disfraces irreverentes como la de un grupo de "Miguelianos" (de la comparsa Calcarrúas), la presunta secta religiosa que saltó a los medios de comunicación en los últimos años, se intercalaban con otros disfraces individuales de tinte reivindicativo, como la imitación de la estatua de "O Fisgón" cubierta de plásticos con un cartel que denunciaba la presencia de este tipo de basura en los océanos.

Los estilos de música se entremezclaban, sonando ritmos de lo más variado a escasos metros de distancia. Por ejemplo, un grupo se montó una sesión de zumba y otros apostaron por disfraces de mexicanos y hacer sonar los corridos más famosos a tope de volumen.

Los más jóvenes también se dividieron en grupos de amigos, como los que se disfrazaron de jugadores de béisbol. Entre las locuras de la jornada se pudo ver a un Superman arrastrando con un remolque a un Batman.

Uno de los disfraces colectivos que más llamaron la atención de los cientos de vecinos que presenciaron el paso de la comitiva desde las aceras fue el de Cazafantasmas. Personas de todas las edades se vistieron de estos personajes de ficción y construyeron para la ocasión una casa blanca de gran tamaño arrastrada con un remolque.

La gran Sardiña, escoltada por efectivos de Protección Civil, fue seguida hasta la alameda del centro antes de quemarla. Un grupo de plañideras lloró su despedida.