Cerca de las 17.00 horas de ayer quedó reabierto al tráfico el paso inferior de la carretera general PO-313 (que conecta Moaña con Marín). Los vecinos de los barrios altos de Moaña vuelven a tener conexión directa por esta carretera con el centro urbano, sin estar obligados a dar rodeos tanto hasta el enlace de Meira en el Corredor como a través de viales interiores que no tienen capacidad para absorber un tráfico denso.

La empresa constructora del tercer y último subtramo de la autovía de O Morrazo -la UTE formada por Covsa y Taboada y Ramos- cumplió así con el compromiso que había adquirido hace unas dos semanas con representantes de las asociaciones vecinales de los barrios altos de Moaña. Entonces ya habían fijado el 8 de marzo como el día de la reapertura de la circulación bajo el paso inferior de Broullón. La Consellería de Infraestruturas confirmó esta misma semana que se mantenía la fecha prevista pese a las lluvias intensas de los últimos días.

Eso sí, de momento no se pintarán de forma definitiva los carriles y la calzada estará flanqueada y dividida por barreras de plástico rojo y blanco tipo New Jersey. Desde la constructora explican que optan por esta señalización para dejar claro que el paso inferior sigue siendo una zona de obras y que los conductores reduzcan la velocidad y extremen la precaución a su paso.

Ayer por la mañana los operarios extendían la última capa de aglomerado bajo el Corredor en ampliación. La capa de rodadura estaba prácticamente lista a primera hora de la tarde. Para las 18.00 horas ya estaba todo señalizado como una zona en obras y se reabrió la circulación.

A lo largo de los últimos días los trabajadores se afanaron en la puesta a punto para la reapertura del tramo cortado, extendiendo la zahorra y las distintas capas de aglomerado. También tuvieron que trasladar por segunda vez toda la canalización por tuberías de la traída general de aguas de Moaña. Bajo uno de los laterales del paso inferior, se extendieron ya en la que debe ser su ubicación definitiva.

A lo largo de todo el mes de marzo seguirán trabajando en esta estructura, pero ya sin afecciones al tráfico rodado. Restan por ejemplo los hastiales laterales del túnel que se forma bajo la futura autovía, así como la instalación de las vigas y la extensión del tablero definitivo que debe soportar el peso de los dos nuevos carriles.

La constructora explica que podrá tardar más de lo previsto, precisamente al no tener la prisa de restablecer la circulación a partir de ahora. Sus esfuerzos estarán repartidos entre este punto y la ampliación de los carriles de entrada y salida, que se deben adaptar al nuevo ancho de la calzada.

El corte en este punto de la PO-313, para acelerar la ampliación del paso inferior, se había adoptado el 19 de septiembre de 2018. Aunque nunca se dio una fecha para la reapertura, lo cierto es que los trabajos se retrasaron más de lo previsto por varias causas. Los temporales, con arrastres de agua, fueron una de las razones. Otra fue el comportamiento del terreno, más inestable del previsto en los estudios iniciales. Finalmente, desde la UTE recordaron en varias ocasiones la complejidad de tener que cortar parte de la calzada del Corredor sin suspender la circulación por esta vía, que soporta unos 20.000 vehículos cada día.

Reordenación en Meira

A finales de la próxima semana o a comienzos de la siguiente está previsto que la obra de construcción del tercer y último subtramo de la autovía pase a iniciar una de sus últimas estructuras complejas: La ampliación de los accesos y salidas.

Comenzarán las obras por la entrada desde la rotonda de Meira, por la que se desvía en estos momentos a todo el tráfico que circula por los dos tramos de autovía ya abiertos en dirección de Vigo a Cangas.

Para ampliar el enlace, el ramal de entrada al Corredor permanecerá cortado al menos durante dos semanas. Se reordenará todo el tráfico, habilitando la circulación en doble sentido por el ramal de salida de Meira, obligando a todos los coches a atravesar el paso superior. El ramal habilitado quedará con dos carriles de forma temporal, similar a la medida adoptada en la primera salida de Cangas tras el desplome sobre la calzada de parte del talud.

Tras unas dos semanas de trabajo, esta operación se trasladará a los enlaces de Broullón, en donde también tendrá que ser reordenado el tráfico de forma temporal.

A finales de mayo debería quedar operativo el último tramo de autovía que construye la Xunta.