La agresión que sufrió la vecina de Cangas este jueves fue brutal. Pero para sus dos familiares en España, tras el traslado al hospital, comenzó un nuevo calvario. La agredida se muestra muy crítica con la ausencia de la Administración.

"Convocaron una concentración para el día siguiente [por ayer], pero nadie se preocupó por cómo estaba mi hija. Así no sirve de nada protestar. La casa estaba precintada y mi prima tuvo que dormir en la calle. Mi hija se quedó con unos amigos. Se podía haber quedado también en la calle y a nadie le importaría", relata con dureza desde el hospital Álvaro Cunqueiro.

La prima, Laura Tovar, señala que "cuando entraron a investigar precintaron la casa. No pude entrar ni a coger ropa y no tenemos familia. Esperé en un banco hasta que pude entrar de nuevo a primera hora de la mañana del viernes".

Retirada del precinto

Ayer, ya con la vivienda desprecintada, la pequeña de 10 años seguía en casa de unos amigos que atestiguaron no haber recibido ninguna llamada de las administraciones para interesarse por el estado de la menor.

La prima pasaría la noche en el hospital, acompañando a la víctima de la agresión en su recuperación.