Al menos media docena de edificios del centro urbano de Cangas, varios de ellos en las inmediaciones del río Bouzós, tienen las tuberías de saneamiento conectadas a la red general de aguas pluviales que descargan en el cauce fluvial y acaban en el mar. Así lo constatan varios informes municipales que maneja la concejala de Medio Ambiente, Tania Castro, quien reconoce que la situación ha llevado a Augas de Galicia a tramitar varios expedientes sancionadores al Concello y amenazar con nuevas multas si la situación no se resuelve.

La edil asegura que ya se ha instado a algunas comunidades de propietarios a actuar cambiando las conexiones para adaptarse a la normativa vigente, aunque hasta ahora sin resultados prácticos. Es el caso de un edificio de la calle Andalucía, cuyos moradores alegan que las conexiones ya estaban hechas por el constructor y ellos no están obligados a asumir esa carga. Castro insiste en que tampoco es cometido del Concello y confía en que la comunidad cambie de parecer y realice las obras necesarias para que cesen los vertidos contaminantes a la red de pluviales.

La delegada municipal de Medio Ambiente tenía ayer sobre la mesa un nuevo requerimiento de Augas de Galicia recordándole un reciente episodio de contaminación del río Bouzós por residuos procedentes de "instalaciones municipales de evacuación de aguas pluviales ubicadas en el entorno de la Avenida de Lugo" y pidiendo al Concello de Cangas que acredite la adopción de medidas adecuadas para el cese o corrección de los vertidos. El gobierno municipal alega que se debe a las "conexiones erróneas" de un edificio de la calle Andalucía que suponen aportación de aguas residuales al referido punto de vertido. La solución "de urxencia" adoptada consiste en la canalización de ambas tuberías, pluviales y fecales, a la red de saneamiento que acaba en la depuradora de Balea, con el consiguiente aporte y riesgo de desbordes.

"É un remendo provisional, pero hai que acometer a solución dun problema que sofren outros moitos edificios do municipio", sobre todo los que se construyeron durante el boom urbanístico, señala Tania Castro, y añade que al menos media docena de ellos ya están localizados, pero no se atisba una solución a corto plazo dada la complejidad del asunto. "O que non pode ser é que o Concello siga afrontando multas por este motivo", reitera la concejala.

Los problemas de contaminación por "conexións erróneas", como se califica en los informes municipales, no se restringe a las proximidades del río Bouzós y se han localizado también en Vilariño. En el primer caso, está documentada la muerte de decenas de truchas alevines, según pudo constatar la Policía Local y el Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Y en la ría de Aldán, afecta a una zona de producción marisquera.