El leiraparking ya no está de moda. Lo que se lleva en invierno es el lamaparking, y ahí está el Concello de Cangas para ponerlo de moda con todo un surtido de agua y barro que llega casi hasta los tobillos a los conductores más avezados. Lo preguntó Rafa Soliño en un pleno reciente: ¿Piensan darnos unas botas de agua que complementen la autorización para aparcar? No hubo respuesta.

Este es el reino terrenal de los gorrillas

Y ya que estamos con el asunto del parking consistorial, también cabe preguntar si está reservado para autorizados con tarjeta o con ter-jeta, pues a veces parece el reino de la acampada libre. Algunos gorrillas le han cogido la matraca y dirigen hacia allí a conductores de propinas generosas. Eso sí, la Policía ya sabe del cuento y está dispuesta a dejar claro, a golpe de receta si hace falta, quién tiene competencias en la materia.

Guardianes de la hora

Para completar el monográfico: Me dicen que en Cangas no queda espacio de aparcamiento sin su gorrilla y que incluso llegan a acuerdos para repartirse los turnos. El convenio de la ORA, pero esta con hache.