Las intensas lluvias volvieron ayer, y con ellas la riada en el barrio de A Paradela, en Moaña, de lodos procedentes de las obras de conversión del Corredor do Morrazo en autovía. La alcaldesa de Moaña, Leticia Santos, junto a la teniente de alcalde, Marta Freire; y el edil de Urbanismo y Medio Ambiente, Odilo Barreiro, se reunieron ayer por la tarde con la presidenta de la Asociación O Cruceiro, de A Paradela, Elisa Lois, y alguna persona más de la directiva, que ya sufrieron otras riadas de lodos de la tierra procedente del Corredor y en diciembre habían advertido por escrito al Concello, que esta situación había atascado la tajea de la canalización y todo el barro y las piedras iban por la carretera afectando a las fincas, casas y hasta a la propia carretera. Ayer se vio afectada, otra vez con especial fuerza, la casa de turismo rural Durán en A Marrúa, en donde el regato, cargado de lodos, volvió a desbordarse sobre la finca.

Desde el gobierno local de Moaña aseguran que ante la previsión de fuertes lluvias par ayer, advirtieron por carta a la Axencia Galega de Infraestructuras (AXI), en concreto al director del proyecto del proyecto de construcción de la autovía y al ingeniero responsable del tramo en obras del corredor para que se adoptaran las medidas precisas, con el fin de que no se repitieran las riadas, por arrastre de tierra de las obras, que ocurrieron en diciembre. En su escrito, la alcaldesa pedía la contención de tierras y una brigada de guardia para atender posibles incidencias, pero ni obtuvieron respuesta al escrito ni apareció ninguna brigada para solucionar las consecuencias de la riada.

La alcaldesa, Leticia Santos, asegura que el arrastre de lodos taponó la tajea que el Concello había acondicionado en la zona de A Bouza-Figueira, por debajo de la carretera PO-313, por lo que en lugar de que las aguas discurrieran por esta canalización de pluviales, corrieron nuevamente ayer por la superficie de la carretera acabando en las fincas, afectando a casas y acabando en la casa de turismo rural. Santos recuerda que hace meses que acondicionaron esta tajea, poniendo rejillas en la entrada y salida, que permanecen taponadas por los arrastres del corredor. Entiende que deben ser los responsables de esta obra y quien tapona, en este caso la Xunta, los que asuman la limpieza, y no el Concello.

La teniente de alcalde y concejala de Servicios, Marta Freire, asegura que hace dos semanas se envió un correo a la Xunta y se hicieron numerosas llamadas alertando de que era necesario limpiar antes de que llegaran las lluvias fuertes porque los tubos estaban obstruidos, pero se sigue sin respuesta a ninguna de las advertencias: "Seguimos esperando a que limpien".