El biólogo vigués que trabaja en la Consellería de Mar, Rafael Bañón, lleva desde el año 1996 realizando un seguimiento de los ejemplares de las denominadas especies raras que aparecen en las aguas gallegas, marcando citas nuevas también de bichos que no estaban clasificados aquí y cuya aparición atribuye al cambio climático y el calentamiento del mar. Asegura que especies propias de aguas africanas que hace cincuenta años no subían más allá del Estrecho de Gibraltar o del sur de Portugal, ahora están llegando a las costas gallegas saltándose esa barrera biogeográfica que marca los límites de las aguas más cálidas y más frías. Con el cambio, las aguas gallegas cada son más cálidas y esos peces suben más hacia el norte, incluso hasta Inglaterra o Noruega. Ocurre también que los peces propios de las aguas gallegas, más frías, emigran también hacia el norte y, de hecho, en Inglaterra se está pescando sardina y anchoa.

Entre las lonjas que colaboran con él en este estudio, haciéndole llegar esos ejemplares que caen en las redes de los marineros, están las de O Morrazo. En el registro de especies de 2018, Bañón ha contabilizado un total de 29 ejemplares de 16 especies distintas, de la cuales 9 proceden de la ría de Vigo, y playa de Barra, en Cangas; Cíes, ría de Aldán y la isla de Onza, en el archipiélago de Bueu.

La lonja de Cangas identificó el año pasado dos especies africanas: un ejemplar de Kyphosus sectatrix, que el sector denomina choupa branca, y que fue capturado el 20 de marzo; y otro, denominado científicamente, Epinephelus costae, cuyo nombre comercial es falso abadejo, y que fue el primer ejemplar visto en Galicia y por segunda vez en Europa, según el biólogo vigués. El pez, propio de aguas tropicales de la fachada atlántica africana, fue localizado en la isla de Onza, por un pesquero de Bueu que lo entregó al biólogo del pósito. No había registros de un ejemplar de esta familia del mero más al norte de Lisboa.

Recientemente un patrón de Cangas subió a bordo con el enmalle mientras faenaba entre Cíes y Ons, un ejemplar de palometa roja, que aunque el biólogo asegura que es nativa de aquí, lo raro es que es una especie de más fondo, de 400-500 metros incluso 1.000 metros :"Es raro que encuentres especie, de más profundidad en la costa, a 40 o 50 metros. Han sido varias las que han aparecido, entre 7-8, y no sabemos por qué, si son ejemplares enfermos o hay alguna otra razón". Este mismo barco capturó un Uranoscopus scaber (Pez rata), que en julio del año pasado también se localizó en Estaca de Bares y Cabo Finisterre; un Pez limón o Seriola rivoliana, una Psammechinus miliaris o un coral Dendrophyllia cornigera.

Rafael Bañón no puede decir que haya una ría más proclive que otra a las especies llamadas raras, porque los registros que realiza son en base a los datos voluntarios que le llegan por medio de los pescadores o de los biólogos de las cofradías, pero no todos avisan por igual:_"Si hubiera el mismo esfuerzo de muestreo en las rías, se podían comparar". Sí confirma que desde 1996 cuando empezó este trabajo, el volumen de especies raras ha ido en aumento porque también hay más gente implicada. Bañón asegura que el registro del año pasado "fue muy bueno, con 29 ejemplares de 16 especies y además cinco nuevas que no estaban bautizadas en Galicia. Es una cifra muy alta. Hubo años de 7-8 ejemplares". Con los datos actualizados en la mano, asegura que en Galicia hay 450 especies de peces, 53 más que en la última revisión que realizó en 2010, cuando se contabilizaron 397.

Todos los ejemplares de bichos raros, después de que él los estudia, son trasladados al Museo de Historia Natural de Santiago, en donde quedan depositados en sus fondos, ya que no hay espacio para su exposición.

Respecto al protocolo que deben seguir, en este caso los marineros, ante un bicho raro, asegura que no están obligados a dar cuenta, pero si quieren ayudar, se recomienda que lo conserven en la nevera, en hielo o congelado y se anote la zona de captura, profundidad y arte de pesca, para luego estudiarlo y poder publicarlo, como ha hecho con el ejemplar de falso abadejo de Bueu, en un artículo en inglés en una revista científica.

Entre las especies más raras halladas en Galicia, destaca el Pez trompeta (Fistularia petimba), también de aguas tropicales. El biólogo asegura que ninguna de las que se han registrado son peligrosas y la mayoría son especies que se comen. De hecho, la palometa roja es muy codiciada en los restaurantes.