La compra del local que ocupa el comedor social de Cangas por un fondo de inversión con sede en Luxemburgo se vive con "preocupación" en la asociación de caridad Santiago Apóstol, que presta el servicio, y también entre los representantes políticos municipales, que han acordado ir de la mano para evitar perder unas instalaciones que consideran "esenciales" para atender a las personas y familias más desfavorecidas de la comarca de O Morrazo. Con ese fin, han iniciado contactos con representantes del fondo en España, un bufete de abogados con sede en Barcelona, para que los nuevos dueños cedan el local en las actuales condiciones o aplicando un alquiler "simbólico" que sea asumible para los inquilinos. Al mismo tiempo, el Concello ya tiene preparada una moción en la que se insta a "acadar un acordo" con los gestores del fondo a través de las fórmulas apuntadas o incluso la compra del inmueble, así como a pedir el apoyo de la Xunta y la Diputación para financiar la operación y "garantir a continuidade do comedor social".

Los promotores de esta iniciativa apenas conocen detalles de la compra del bajo de la calle Lisboa, más allá de que forma parte de un lote de una veintena de bienes inmobiliarios que fueron adquiridos por el mismo fondo de inversión, también conocido como Institución de Inversión Colectiva (IIC). Un abogado cangués está en contacto con la nueva propiedad que, según asegura, desconocía que el inmueble esté ocupado y se preste en él un servicio de comedor social. Mientras "espera respuesta" a las peticiones, la presidenta del colectivo, Ángela Rodas, ha movilizado a todas las partes implicadas para unir esfuerzos con ese objetivo.

Desde el Concello también albergan esperanzas de alcanzar un acuerdo satisfactorio, aunque no olvidan que los fondos de inversión, por su propia naturaleza persiguen la mayor rentabilidad posible. Se trata de vehículos de inversión que engloban las aportaciones de diversos ahorradores, que ceden su patrimonio a gestores profesionales para que lo rentabilicen al máximo. La sede de este comprador está en Luxemburgo, un "paraíso fiscal" caracterizado por la opacidad, aunque las aportaciones pueden proceder de varios países porque "el capital no tiene nacionalidad", señalan los interesados.

Rodas reitera que el comedor social de Cangas es el único servicio de este tipo en toda la comarca y que son muchas las personas y familias que dependen de él. Aunque la demanda ha disminuido algo con respecto a los peores momentos de la crisis económica, en torno a medio centenar de personas acuden cada día a comer a sus instalaciones, una cifra a la que hay que sumar las alrededor de 70 familias que pasan a recoger todos los jueves bolsas que contienen alimentos básicos para sobrellevar el día a día, así como otras que acuden los martes para aprovisionares de ropa. Santiago Apóstol también se ocupa de pagar alquileres de viviendas y recibos de servicios básicos a familias en apuros.

Desde Cangas ya han trasladado a los representantes del fondo de inversión que el servicio se presta desde hace una década de forma ininterrumpida y esperan que esa situación no varíe con el cambio de propiedad. "Ya les explicamos la situación y esperamos que muevan ficha" para intentar llegar a un acuerdo satisfactorio, reiteran.