La capilla de Santos Reis, en Bueu, celebró ayer su romería más multitudinaria de los últimos años en el acto que pone el broche de oro a las celebraciones navideñas en el municipio buenense. El buen tiempo animó a vecinos y visitantes a acercarse al pequeño templo situado en O Valado para cumplir con una tradición recuperada hace años y que no hace sino poner en valor un edificio singular por ser uno de los escasos en Europa (junto a la Catedral de Colonia) con culto a los Magos de Oriente.

Cerca de 300 personas se dieron cita en el atrio de Santos Reis, desafiando al frío pero aprovechando los rayos de sol que iluminaban la zona puntualmente. Llegaron de forma progresiva, desde que una tirada de fuegos anunciaba la festividad. Entre los presentes se encontraban el conselleiro de Facenda de la Xunta de Galicia, Valeriano Martínez, y el alcalde de Bueu, Félix Juncal. En el lugar, la banda de gaitas Os Liboreiros y el grupo de baile Pais de San Roque animaban a los presentes antes de que diese comienzo la misa solemne. En ella el párroco tuvo unas palabras de recuerdo para Eligio Iglesias, miembro de la Asociación Santos Reis fallecido esta semana pasada.

A continuación los feligreses cumplieron con otra de las tradiciones y portaron las figuras de los tres Reyes Magos para sacarlas en una pequeña procesión alrededor del templo, acompañada por los sones de las gaitas, antes de devolverlas de nuevo al interior de la capilla buenense.

Fue el preludio a la gran fiesta final, en la que lo religioso dio paso a lo cultural/gastronómico. La "parva", pequeño ágape ofrecido en su momento por las familias más poderosas a la gente con menos recursos tiene su reflejo en el siglo XXI en una degustación de roscón de Reyes regado con chocolate caliente. Y ahí es donde se pudo comprobar de manera fehaciente el incremento de asistencia con respecto a ediciones anteriores. Los presentes dieron buena cuenta de los 14 roscones de dos kilos cada uno dispuestos por la organización, además de unos 20 litros de chocolate. "Non nos deu tempo a facer unha segunda potada con máis, a verdade é que nos sorprendimos coa chegada de tanta xente, moita que non viñera nunca", afirma José Manuel Dopazo, directivo de Santos Reis, que subraya que "esto anima moito a seguir porque non hai nada peor que estar traballando e que logo non veña xente".

Así, la capilla de Santos Reis, sigue viva en la memoria de los buenenses tras una historia que comenzó con la construcción del templo original en 1686, desaparecido después y reinventado en 1953 por Urbano Lugrís. Pero este también caería en el olvido hasta que en los 80 un grupo de vecinos apostó por su recuperación y, desde entonces, batallan porque Bueu no pierda una capilla tan original como singular.