José Fandiño, José Barreiro, José Blanco, Manuel Blanco, Manuel Calvar, Clemente Calvar, José "O Chincho", Eugenio Cancelas, Manuel Cancelas, Francisco Fernández, Antonio Fernández, José Fervenza, Manuel Fervenza, Aniceto Franco, Francisco Gonzáles, Jesús Manuel Juncal, Juan Clímaco Milleiro, José Paredes, Manuel Paredes, José Paz, Celso Pérez, Enrique Prado, José Ríos, José Saavedra, Juan Vázquez, Jesús Vilariño, José Vilariño y Cándida Lago fueron los 28 vecinos de Moaña asesinados por el bando nacional tras el golpe de Estado de julio de 1936 o previamente por aquellos que darían dicho golpe. Sus nombres fueron leídos uno a uno por Luis Chapela Bermúdez durante la mañana de ayer, en el acto de inauguración de un monumento en homenaje a las personas represaliadas por el franquismo.

Con la ría de Vigo al fondo, desde el Ateneo de Moaña explicaron que la estatua busca homenajear "aos nosos mártires pola liberdade, que foron encarcelados, sufriron palizas, humillacións e traballos forzados", apuntó Luis Chapela. Recordó también que más de un centenar de vecinos sufrieron juicios sumarísimos "sen poder defenderse". Aclaró que con el acto de ayer no buscan "vinganza, nin revolver nada. Esta non é unha pedra, nin sequera un monumento. Entendemos que é unha luz que sacará para sempre da escuridade a moitas persoas que levan un feixe de anos a escuras".

Con la música de 2naFronteira como amenizadora del acto, varias decenas de personas se dieron cita en la inauguración de un monumento elaborado en la Escola de Canteiros de Pontevedra por Daniel Acuña. Se basó en una obra del artista cangués Camilo Camaño, que tomó la palabra para explicar que aceptó trabajar por encargo, "aínda que vai en contra dos meus principios", al conocer la causa. Señaló que la pieza monolítica representa, con las cadenas, "a dor que atravesa as vísceras de cada un dos represaliados" y pidió que el monumento se interprete como "unha mensaxe de amor e paz que manteña viva a memoria desa xente. Tamén, as pombas, simbolizan un chamamento ao diálogo".

Con más dureza se expresó la alcaldesa, Leticia Santos, quien defendió la ubicación con el mar al fondo "porque sabemos que as víctimas dos terror fascista están fondeadas na nosa ría. Eran persoas que non tiveron outro pecado que defender a xustiza social e a liberdade". Junto a ediles de BNG y PSOE, Santos defendió que "en Galicia non houbo dous bandos. Si unha manada de lobos que saiu a matar para defender os seus privilexios". Antes del himno gallego que cerró el acto, la diputada Montserrat Magallanes pidió a los asistentes que expliquen lo ocurrido aquellos años a las nuevas generaciones.